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Investidura

Rajoy garantiza otro "chip" para cerrar acuerdos con la oposición

Fotografía Mariano Rajoy saluda a sus diputados tras intervenir en el debate de investidura en el Congreso (©foto: PP)

Mariano Rajoy saluda a sus diputados tras intervenir en el debate de investidura en el Congreso (©foto: PP)

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
España28-10-2016

Mariano Rajoy ya se ve en La Moncloa para un segundo mandato. Este jueves perdió la primera votación en el debate de investidura del Congreso de los Diputados pero tiene asumido que el sábado será elegido presidente por segunda vez, gracias a la abstención del PSOE. Eso sí, admitió que la nueva legislatura será "muy complicada" y que tendrá que dialogar más con el resto de los partidos.

Tanto es así que el propio Rajoy garantizó al PSOE y a Ciudadanos que piensa negociar con ellos para sacar adelante las reformas que necesita al país y, en este sentido, advirtió a los diputados del Partido Popular de que comienza una nueva etapa en las que es necesario "cambiar el chip" porque los pactos con otras formaciones van a ser una constante.

Rajoy protagonizó 12 horas seguidas, con una única interrupción de apenas una hora para comer, de debate con todos los partidos con representación parlamentaria. Tal y como era de esperar, perdió la votación por 170 votos a favor y 180 en contra, pero el PSOE le garantizó que el sábado se abstendrá para que sea investido presidente.

El portavoz socialista, Antonio Hernando, realizó una pirueta dialéctica de 180 grados al tener que justificar el cambio de postura, del "No es no" que defendía con Pedro Sánchez a la asbtención que ahora exige la Gestora presidida por el asturiano Javier Fernández y controlada por la andaluza Susana Díaz.

Hernando argumentó más de una decenas de veces que al PSOE no le gusta Rajoy pero va a ayudar que sea investido porque considera que unas terceras elecciones generales serían un perjuicio para las instituciones, para la imagen internacional del país e incluso para los propios intereses de su partido.

Rajoy tuvo guiño de complicidad hacia el PSOE al anunciar que va a dejar en "suspenso" algunas de las normas incluida en la nueva Ley de Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (Lomce), como que la reválida que los alumnos deben aprobar en Bachillerato sea determinante para la obtención del título.

Hernando planteó esta exigencia a Rajoy durante el debate de investidura y el jefe del Ejecutivo en funciones la asumió poco después con el objetivo de paralizar la función de la reválida mientras inicia una negociación con todos los partidos para aprobar una reforma educativa que goce del consenso de la mayoría de las formaciones.

Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, incidió en que su partido ya ha conseguido que Rajoy empiece a cambiar de actitud y sobre todo empiece a introducir modificaciones en sus políticas gracias a la presión de la formación naranja y al acuerdo de investidura que ambos cerraron a mediados de agosto.

El momento más tenso y a la vez más entretenido fue el careo de Rajoy con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que dijo sentirse como el verdadero y único líder de la oposición una vez que el PSOE ha decidido facilitar la investidura del líder del PP, al que volvió a reprochar los numerosos escasos de corrupción en los que está implicado el partido.

Iglesias llamó de hecho "delincuentes" a los diputados populares por los casos en los que están implicados y cuestionó la legitimidad del Gobierno al haber perdido 3 millones de votos y 39 escaños respecto a las elecciones generales de 2011.

En vez de responder con otra crítica, Rajoy recurrió a su habitual ironía y sarcasmo para descalificar los argumentos de Iglesias. Entre otras cosas, le recordó que Unidos Podemos perdió un millón de votos de diciembre de 2015 a junio de 2016, como si de pronto hubieran "envejecido" sus votantes , y señaló que si el PP obtuvo un mal resultado en la última cita con las urnas qué habría que decir entonces de Iglesias, que se quedó casi con la mitad.