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Astronomia

Europa manda una nave a Marte para buscar vida

Por Silvia Marín MartínTiempo de lectura2 min
Sociedad19-10-2016

Europa manda su primer proyecto espacial a Marte. Con grandes esperanzas de que todo vaya bien. El objetivo final es demostrar que existe vida en Marte. El aterrizaje del módulo Schiaparelli ha salido bien. El jueves si todo sale bien se espera tener las primeras imágenes del planeta. Si el estudio tira para adelante, conseguirán mandar en 2020 un vehículo de exploración.

Una astronave de 600 kilos está llegando a Marte que lleva una velocidad de miles de kilómetros por hora y una trayectoria de colisión. Su meta es descender con éxito en un planeta donde, desde hace medio siglo llevan muchos países explorando, ha sido tan complicado que otras misiones han fracasado.

La llegada del módulo Schiaparelli es parte del proyecto ExoMars. Un ensayo de la Agencia Espacial Europea (ESA) uno de los socios de esta iniciativa ha sido Rusia cuyo objetivo es poder encontrar vida en Marte. La primera etapa del proyecto, ExoMars 2016, enfrenta ahora sus horas más decisivas de la llegada del módulo, este momento es muy importante para todo el descubrimiento pues pone a prueba las nuevas tecnologías de aterrizaje. Con estas nuevas técnicas podrán enviar a Marte el primer vehículo de exploración europeo 2020.

Se espera que Schiaparelli penetre en la delgada atmósfera de Marte hoy a las 16:43, hora en España, con una velocidad de 21000 kilómetros por hora. Lo siguiente será los seis minutos siguientes serán los que decidan el éxito de la misión.

Leo Metcalfe responsable de Operaciones Científicas de ExoMars 2016 contaba, “Por ahora todo va como esperábamos”. Si esta vez sale bien sería la primera vez que una operación en Marte salga con éxito con una nave europea. El pasado domingo, el módulo de aterrizaje se separó del orbitador Orbitador de Gases Traza (TGO, en sus siglas inglesas). Mañana, al mismo tiempo, este vehículo activara sus cohetes para evitar el planeta rojo, parar, y quedarse en su órbita, mientras el Schiaparelli bajará a la superficie.

“Más que un aspecto crítico, afrontamos una secuencia de eventos críticos”, comenta Metcalfe. Primero, la sonda usará un escudo térmico que llegará a alcanzar unos 1.600 grados por el rozamiento con el aire marciano y le ayudará a frenar en un primer tramo. A 11 kilómetros de la superficie se desplegarán los paracaídas, que reducirán la velocidad hasta los 250 kilómetros por hora. Después se encenderán los propulsores hasta que la nave esté a unos dos metros de la superficie, cuando el Schiaparelli caerá por sí solo, a unos 10 kilómetros por hora, protegido por una estructura deformable que lo parará en seco e impedirá que vuelque.