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Crisis en el PSOE

Dimite la mitad de la Ejecutiva del PSOE para echar a Sánchez

Fotografía Pedro Sánchez, en la rueda de prensa posterior a las elecciones gallegas y vascas (©foto: PSOE)

Pedro Sánchez, en la rueda de prensa posterior a las elecciones gallegas y vascas (©foto: PSOE)

Por LaSemana.esTiempo de lectura3 min
España29-09-2016

El PSOE ha estallado en dos mitades. Por un lado está el secretario general, Pedro Sánchez, empeñado en permanecer en el cargo e incluso ser reelegido tras los malos resultados electorales de Galicia y País Vasco. Por otro lado, los adversarios de político madrileño han unificado fuerzas y estrategia para forzar la renuncia del líder y montar una gestora que dirija el partido hasta la elección de un nuevo líder.

La rebelión la han desencadenado unas declaraciones en la Cadena Ser del expresidente del Gobierno Felipe González. Apenas tres días después de los comicios vascos y gallegos, ha asegurado públicamente que se siente "engañado" por Pedro Sánchez. Quien dirigiera España entre 1983 y 1996, ha asegurado que el secretario general del PSOE le garantizó tras las elecciones generales de junio que se abstendría ante una investidura de Mariano Rajoy para desbloquear la situación política actual.

González afirma que Sánchez le adelantó en una conversación privada que el PSOE rechazaría la votación de Rajoy en una primera votación pero se abstendría en la segunda para facilitar que en España haya un nuevo Ejecutivo tras ocho meses en funciones. Sin embargo, en el debate de investidura de finales de agosto el Partido Socialista votó en contra en ambas ocasiones por el "no, no y no" de Sánchez al candidato del PP.

Tras la bomba informativa lanzada por Felipe González, al que la mayor parte del partido sigue considerando el verdadero referente del PSOE 20 años después de su retirada de la política, los críticos con Sánchez han sumado fuerzas y han ejecutado un plante contra la actual dirección del partido. En total, 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal han presentado su dimisión para tratar de forzar la dimisión inmediata de Sánchez.

Su pretensión era que, al dimitir la mitad de los integrantes de la Ejecutiva, a Pedro Sánchez no le quedara más remedio que crear una gestora en aplicación de los estatutos vigentes para que tome el mando del PSOE y emprenda un proceso de refundación y reelección de un nuevo líder a través de un congreso extraordinario.

Sin embargo, Sánchez ha reaccionado con una interpretación diferente de los estatutos que regulan el PSOE. Su secretario de Organización, César Luena, ha anunciado en rueda de prensa que la dimisión del resto de dirigentes obliga a convocar un Comité Federal como estaba previsto para este mismo sábado y en esa reunión del máximo órgano entre congresos ordenar la organización de un congreso extraordinario que elija a un nuevo líder.

Aunque las dos versiones acaban en la celebración de un congreso, hay una diferencia fundamental entre los dos bandos del PSOE. Los críticos quieren crear ya una gestora para despojar al secretario general del cargo y que un grupo prepare el próximo congreso con cierta independencia. En cambio, Sánchez pretende seguir como líder del partido hasta entonces y contempla incluso presentarse a la reelección, convencido de que la militancia volverá a elegirle en primarias.

La guerra es total en el PSOE, con Pedro Sánchez agarrado a la silla del despacho y sin querer abandonar el cargo al considerar que sólo los afiliados que le nombraron en una votación abierta pueden cesarle del cargo. Por su parte, los disidentes no están dispuestos a aguantar más tiempo y quieren apartar a toda costa y cuanto antes a Sánchez de la cúpula de un partido con más de un siglo de trayectoria y que ahora mismo atraviesa la peor crisis de su historia.