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Unión Europea

Bruselas exige a España un ajuste de 10000 millones de euros

Por Alexandra CampoamorTiempo de lectura2 min
Economía18-07-2016

España pondrá en marcha en 10 días las sanciones por el déficit, con una multa benevolente y la congelación de 1.100 millones en fondos. Además,  la política económica quedará bajo tutela de la UE por segunda vez en cuatro años. Bruselas exigirá un ajuste de 10.000 millones, reclama un presupuesto austero y hará un duro examen trimestral.  “Europa no está en el debate, en las negociaciones para formar Gobierno; pero las reglas fiscales condicionarán el próximo año”, avisan fuentes europeas.

Berlín presiona para enviar una señal fuerte al resto de Europa: España era hasta hace poco el alumno modelo y crece al 3%, pero ha incumplido sus compromisos fiscales y presenta el segundo déficit más abultado de la UE. Bruselas tomará las riendas de la política económica, con una nueva senda fiscal que requiere un presupuesto austero en otoño y exámenes trimestrales para controlar que, esta vez sí, el Gobierno aprueba medidas efectivas. Mientras tras medio año después del 20-D aún no hay Gobierno, desde Europa advierten que España “necesita un Ejecutivo capaz de presentar una corrección presupuestaria convincente”.

   La UE concluyó esta semana que España no tomó, deliberadamente, medidas para cuadrar las cuentas.Por ello, Bruselas presentará una propuesta de sanción el 27 de julio. Madrid pretende sacar 2.500 millones de la lucha contra el fraude y el menor pago de intereses, y anuncia como medida estrella un endurecimiento del impuesto de sociedades: 6.000 millones más. Las sanciones serán simbólicas: una “multa benevolente”, según fuentes diplomáticas, y la congelación de 1.100 millones en fondos europeos, según fuentes comunitarias. Pero lo esencial será la fijación de una nueva senda fiscal, con un año extra y nuevos recortes.

   Bruselas reclamará un déficit del 3,9% este año (algo menos duro que la anterior cifra) y del 2,5% en 2017 (idéntico a la anterior). Esa suavización es solo aparente: la Comisión exigirá un ajuste estructural (sin contar con los efectos del ciclo expansivo) de 10.000 millones, según las fuentes consultadas; eso son 2.000 millones más que hace tres meses por la caída de la recaudación. Bruselas puede incluso especificar las medidas de ajuste, pero la Comisión se decanta por no explicitar los recortes para dejar algo de margen al próximo Ejecutivo en el diseño de las cuentas públicas. En cualquier caso, el nuevo Gobierno no tendrá mucho margen para maniobrar, como intentar llevar a cabo una rebaja de impuestos.

    Cada tres meses habrá un informe con las medidas efectivas aprobadas: el primer análisis llegará en octubre, con el proyecto de Presupuestos, y ahí tiene que haber ya recortes contantes y sonantes. Suspender esos exámenes trimestrales puede acarrear multas aún mayores, y un control más férreo.