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Premios Max

Pinoxxio arrasa y las reivindicaciones hunden

Por Ana RomeroTiempo de lectura2 min
Espectáculos26-04-2016

Es muy amplio el valor simbólico que se le ha dado a la manzana a lo largo de la Historia del Arte. No es de extrañar que el galardón de los Premios Max sea el Fruto Prohibido; eso sí, hecho de un material más valioso. Pinoxxio, gran favorita de la noche, se hizo con siete de las nueve manzanas a las que estaba nominada sin caer en la tentación de acaparar todo el protagonismo de los ardientes discursos de algunos galardonados.

La XIX de los premios Max presagiaba una noche agitada tras un sentido número de danza que abría la noche de los galardones. Pinoxxio se coronaba como la obra más premiada de la noche al obtener siete estatuillas entre ellas la de mejor composición musical para espectáculo escénico así como sendos galardones a los bailarines principales Ana Luján y Toni Aparisi.

Otro gran ganador de la noche fue La piedra oscura el espectáculo dirigido por Pablo Messiez sobre un texto de Alberto Conejero, con una buena recaudación de galardones: cinco estatuillas de las seis a las que optaba incluyendo el de mejor espectáculo de teatro. La mejor autoría fue a parar al autor de La piedra oscura, que nudoso en señalar las todavía existentes desigualdades sociales a nivel laboral recordó en su agradecimiento las dificultades añadidas que sufren las mujeres en todas las profesiones.  

Tras el anuncio del la ganadora del Max de Honor, concedido a Lola Herrera, Pepe Viyuela y Aitana Sánchez-Gijón se hicieron con los premios interpretativos. Viyuela recogió el galardón a mejor actor protagonista por Rinoceronte, y Sánchez-Gijón hizo lo propio en la categoría femenina por Medea. Ambos quisieron solidarizarse en su discurso con los titiriteros detenidos el pasado mes de diciembre.

La gala no ha estado exenta de constantes manifestaciones reivindicativas. Si los Goya ya son un pedestal desde el cual dar a conocer las precariedad del sector cultural, este año los galardonados no han escatimado palabras a la hora de esperar su descontento ante los continuos recortes que señaló Manuel Aguilar en su discurso institucional. El presidente de la Fundación SGAE recordó que la actividad del sector y la recaudación han caído en un 50 por ciento desde 2008. "Y el resto de las artes escénicas apenas esbozan una situación diferente".

Aguilar señalo la importancia de mantener vivo el valor cultural de disciplinas como las artes escénicas a pesar de los difíciles tiempos de crisis. Una situación que calificó de "humillante debido a las cifras cada vez más bajas en cuanto a nivel económico. "Por favor, ¡ayúdennos! Pero también ayúdense. Profundicen en el conocimiento de las propiedades balsámicas de la cultura para una ciudadanía que sigue peleando duro para salir de esta crisis ya casi congénita. Pero también ahonden con decisión en el estudio de los medios para conseguir que el aporte de la industria cultural al PIB supere de nuevo el 4% como mínimo".

Otro recordatorio fue el drama de los miles de refugiados que cada día tratan de escapar de una guerra y el "vergonzoso" cierre de fronteras en Europa. Pepe Viyuela fue el encargado de poner voz a esta manifestación recordando "la vergüenza inmensa que estamos viviendo en Europa por nuestra incapacidad para abrir esas fronteras tan cerradas para las personas y tan abiertas para el dinero".