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TAREAS DOMÉSTICAS

Más del 80 por ciento de los hombres no colaboran en labores del hogar

Por Aarón AbadTiempo de lectura1 min
Sociedad29-05-2001

La gran mayoría de los hombres españoles no participan en tareas domésticas como poner lavadoras, lavavajillas o planchar. Curiosamente esta circunstancia se da más en familias de un nivel socioeconómico bajo, aunque en las de nivel medio y alto también hay una gran diferencia entre el hombre y la mujer.

España, país desarrollado, aún ofrece datos que confirman el machismo subyacente de toda una cultura. Este estudio de calidad de vida ha analizado los hábitos y usos que las familias españolas hacen de los electrodomésticos y ha revelado una gran desigualdad entre el hombre y la mujer en lo referente a los trabajos orientados al hogar. Tan sólo un 16,1 por ciento de los varones utilizan habitualmente la lavadora, frente al 68,4 de mujeres que suelen utilizarla. El lavavajillas, la plancha, la batidora y demás electrodomésticos destinados a tareas domésticas los emplean un porcentaje muy pequeño del género masculino, en ninguno de los casos superan el 20 por ciento. La edad con la que los hijos de cada familia comienzan a colaborar en estas labores, también dista según el sexo. Las chicas empiezan a los siete años a ayudar con la limpieza, el fregado y demás menesteres, mientras que los chicos no cooperan hasta los 16 como media, si bien muchos no llegan a colaborar nunca. De todas las familias analizadas en el estudio se ha deducido otra conclusión: en las familias más modestas es donde existe una mayor diferencia entre varón y mujer en el tiempo dedicado a estas labores. En las familias con una situación económica más desahogada se recorta esta diferencia aunque sigue existiendo. Los únicos electrodomésticos que utiliza el hombre tanto como la mujer son el vídeo y la televisión, y en el uso del microondas sigue aventajada la mujer pero con muy poca diferencia. Otro dato interesante es el hecho de que el televisor está dejando de ser un elemento de ocio colectivo, y por tanto de cohesión familiar, para convertirse en un elemento de ocio individual. Esto tiene su explicación en el aumento de televisores que hay en cada familia, situándose la media por encima de dos por hogar.