CONCILIACIÓN
El empleado español trabaja más horas, pero es menos productivo
Por Jesús Espinosa
2 min
Sociedad03-04-2016
En España hay unos husos horarios muy diferentes a los europeos, y aunque los españoles lo tienen asumido, reclaman desde hace tiempo un cambio. La promesa del presidente en funciones, Mariano Rajoy, de regular los horarios laborales ha sido bien recibida. También el pacto del PSOE con Ciudadanos lo regula e insta a los demás grupos políticos a llegar a un acuerdo. Pero la diferencia con Europa es abismal y aún queda largo camino por recorrer.
El mercado español es muy particular. En España existe un fenómeno que en Europa prácticamente no se conoce: el parón. Muchos trabajadores ven interrumpida su jornada laboral durante dos horas para comer. Esto hace que la hora de salida se alargue sobremanera. Cerca del 45% de los trabajadores en España tienen este horario, según los datos del INE.
En Europa esto es muy distinto. En Alemania o Suecia se empieza a trabajar antes y se termina la jornada laboral sobre las cuatro y media o cinco de la tarde. Esto es porque la pausa para comer dura entre 30 y 60 minutos. Y no dos horas. Esto supone controversias como, por ejemplo, llamar a una empresa española a primera hora de la mañana y no encontrar respuesta. O que desde España se llame a otro país alrededor de las seis de la tarde y que todo el mundo se haya ido. Son ejemplos cotidianos que ejemplifican el problema.
Además, esto afecta a las familias puesto que los horarios laborales no están en consonancia con los horarios escolares. Los niños terminan en torno las 16 o las 17 horas mientras que sus padres no salen de trabajar hasta las 19, 20 o 21 horas lo que supone que la tarea de educar recae en otras personas diferentes a los propios padres.
Esto provoca también que la tasa de natalidad descienda. Los trabajadores muchas veces tienen que elegir entre conservar su trabajo o formar una familia. Pedir una jornada parcial es muy complicado en algunos puestos y esa dicotomía acaba afectando a lo personal e incluso a la salud.
Los españoles trabajan una media de 277 horas más que los alemanes pero sus horas son menos productivas. Esto es una consecuencia directa de los horarios laborales. Estar tantas horas en la empresa no es sinónimo de productividad. De hecho, al final el trabajador se termina quemando mentalmente y le puede afectar tanto a su motivación profesional como a su salud mental.
Unos husos horarios distinto al resto de Europa también acarrean otros problemas que son lastres para la sociedad. Es el ejemplo de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres o la menor presencia de mujeres en puestos directivos. Estas jornadas laborales suponen vivir para trabajar y no todo el mundo está dispuesto. Una ayuda horaria haría que más personas, incluyendo mujeres, dieran el paso para estar en grandes puestos de responsabilidad.
Sin embargo, desde el poder político se puede revertir esta situación. El pacto del PSOE con Ciudadanos contempla instar al resto de grupos políticos a buscar un horario laboral de acuerdo con los husos en Europa. A esto se le han sumado las palabras de Rajoy, que ha prometido que la jornada laboral terminará a las seis de la tarde.