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BRASIL

El arresto de Da Silva hace tambalear el Gobierno de Rousseff

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
Internacional06-03-2016

Brasil ha vivido una avalancha política en los últimos días. La detención del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) ha supuesto una bomba para el Gobierno ahora frágil de Dilma Rousseff. El líder gozaba de un pasado de leyenda que ahora se ha visto manchado por casos de corrupción. Además, a la incertidumbre política y crisis económica, se suma la gestión con sombras y luces de la presidenta brasileña.

El expresidente Lula da Silva fue detenido en su casa de Sao Paulo y llevado a declarar por la trama de corrupción que sobrevolaba Petrobas. Fue interrogado durante más de tres horas y después quedó en libertad. Se mostró muy consternado tras la detención: “Me sentí prisionero”. “Si el juez o el ministerio me querían escuchar solo tenían que haberme mandado un oficio”, declaró muy afectado tras ser puesto en libertad.

Lo ocurrido ha supuesto un duro varapalo para el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. La detención ha provocado consternación entre las filas del Ejecutivo, aunque desde el mismo consistorio se ha considerado como una operación “innecesaria”. La propia presidenta hizo público un comunicado en donde manifestada su “absoluta disconformidad con el hecho de que un expresidente que compareció de forma voluntaria ante las autoridades competentes sea ahora llevado a una innecesaria conducción coercitiva para prestar declaración”.

La gestión ya de por si frágil de Rousseff tuvo un punto negro en octubre del año 2015, cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea decidió rechazar de forma unánime las cuentas del Gobierno de 2014. Fue la guinda del pastel de un Gobierno que no es especialmente brillante para los ciudadanos brasileños. De hecho, era la primera vez que dicho tribunal declaraba que un gobierno no cumplía con sus obligaciones fiscales desde el año 1937.

Sin embargo, hay un atisbo de luz en la gestión de la presidenta Dilma Rousseff. Durante los años 2011 y 2014 se crearon en el país brasileño más de 5 millones de empleos, según los datos de la Anual Social (RAIS). El Gobierno de Lula Da Silva creó 20,8 millones, según los datos de la misma entidad.

Esto se debe a que desde la Ejecutiva Rousseff se ha querido aumentan la inversión pública y el crecimiento de las reservas internacionales. A esto se le ha sumado que Brasil vive una baja inflación, lo que ha favorecido los intereses económicos de los propios ciudadanos.

Por lo pronto, tras la reelección de Rousseff como presidenta de Brasil del pasado 26 de septiembre 2014 el resumen de su gestión ha tenido altibajos. Es cierto que el empleo ha aumentado pero la crisis también ha hecho mella en el país brasileño. La detención incluso de Da Silva genera malestar en el Gobierno que  defiende la inocencia del expresidente ante los ciudadanos.