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Elecciones 20-D

Rajoy y Sánchez intercambian mentiras y calificativos

Por David PastorTiempo de lectura3 min
España15-12-2015

El bipartidismo protagonizó el lunes un bronco debate que se convirtió en el programa más visto del año, con 9,6 millones de espectadores. El encuentro fue producido por la Academia de Televisión y moderado por Manuel Campo Vidal. Los candidatos de PP y PSOE se enzarzaron especialmente en el tema de la corrupción. Mariano Rajoy, que se mostró gran parte de la noche dubitativo y sin respuestas, evidenció la razón por la que ha decidido esquivar este tipo de debates.

La corrupción de Bárcenas, Rodrigo Rato, Bankia, Gurtel, Púnica...Mariano Rajoy pareció desconocer las circunstancias en las que el candidato Pedro Sánchez asistía al último debate antes de las elecciones del domingo, en una campaña electoral donde el PSOE ha sufrido numerosos reveses, que se han visto reflejados de forma continua en las encuestas. Esta última oportunidad para detener la sangría de votos que su partido parece sufrir, se mostraba incompatible con una puesta en escena de bajo nivel, con búsqueda de consensos y acuerdos tácitos que eviten profundizar en los temas delicados.

Rajoy, en cambio -aparentemente sin mucho que perder ni ganar-, fue al debate con la intención de que pasaran los minutos sin que la charla se acalorase demasiado, pasando de puntillas por los temas y lanzando las consignas conocidas. Pero Sánchez mostró desde el primer minuto una agresividad creciente que eclosionó cuando calificó a Rajoy de indecente. El candidato popular, visiblemente indignado y molesto, quiso parar los pies a su adversario, al que llamó “ruin, mezquino y miserable”.

El candidato socialista fue al debate con los deberes hechos, lanzando toda la batería de acusaciones preparadas hacia un presidente a la defensiva. Sin embargo, en ocasiones, no tuvo los reflejos necesarios para responder las réplicas de Rajoy. Un ejemplo claro fue el momento en el que muestra un inapelable gráfico que dibuja la curva descendente de la hucha de las pensiones durante el periodo del PP. Cuando el Rajoy insinuó que aquello era un papel interno del PSOE y le acusó de no dar ninguna fuente, Sánchez no supo apelar al Ministerio de Empleo, institución que ha publicado dichos datos.

Otro momento donde Sánchez logró enfadar a Rajoy se produjo cuando le espetó que España había sido rescatada, afirmación que apoyó mostrando las portadas de El País, Financial Times y el memorándum entre el Gobierno y la troika. Rajoy lo negó todo con vehemencia y acusó al socialista de mentir.

Cuando el moderador sacó el tema de Cataluña parecía que se podían aplacar los ánimos y encontrar un pequeño acuerdo, pero de nuevo un combativo Sánchez reprochó al Partido Popular el aumento del independentismo de Cataluña en los últimos años. En cualquier caso, en este y otros temas, el secretario general del PSOE no esbozó sus propuestas y alternativas con la misma claridad que lanzó sus críticas al Gobierno.

En sus últimas intervenciones, Pedro Sánchez apeló a la necesidad de cambio. Durante su último minuto acudió a sus notas para explicar las propuestas del Partido Socialista, al que definió como única alternativa ante los recortes, la corrupción galopante y el aumento de las desigualdades.

Mariano Rajoy volvió a incidir de forma mecánica en la mejora de los valores macroeconómicos. Enumeró el empleo, las pensiones, la lucha contra el terrorismo y la defensa de la unidad nacional, como objetivos de su partido para los próximos cuatro años. Conocedor del perfil de sus votantes, apeló a los valores de estabilidad, seguridad y certidumbre.

Una vez concluido el debate, Albert Rivera y Pablo Iglesias, los ausentes presentes, estuvieron de acuerdo en calificarlo como el final de una época. Dudaron que una cara a cara similar pueda darse en España en los próximos años y lo ubicaron en el pasado, en un país que ya no existe. Para los candidatos emergentes, la actitud del presidente en funciones ha sido un desprecio a los ciudadanos, confían en la valoración que estos harán de lo ocurrido y las consecuencias que tendrá para el Partido Popular el próximo domingo.