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Madrid

75 detenidos en el desalojo del colegio mayor 'Johnny'

Por David PastorTiempo de lectura2 min
España18-11-2015

La policía ha puesto en marcha en la mañana del miércoles un operativo de más de 500 agentes. Durante el desalojo se han encontrado algunas bicicletas públicas del servicio Bicimad del ayuntamiento y también algunos estupefacientes. El edificio será entregado a la Universidad Complutense, que planea abrirlo de forma oficial en poco tiempo. La entidad educativa acusa a Unicaja del estado de abandono del edificio.

Los mayoría de okupas del 'Johnny' utilizaban el colegio como vivienda, aprovechando las numerosas habitaciones del inmueble. Formaban un grupo heterogéneo que fueron llegando durante el último año y medio por diferentes causas. El colegio cuenta con más de 400 salas, entre habitaciones y lugares comunes. El estado general del edificio está bastante deteriorado y algunos vecinos habían denunciado la situación a la Policía y a Sanidad. Algunos de los desalojados han sido detenidos por asuntos de drogas o por ser extranjeros y encontrarse en situación irregular.

Esta situación se da en un marco donde la entidad bancaria se ha desentendido del inmueble, en el que el número de matrículas ha disminuido y donde, finalmente, los problemas entre la administradora y el centro universitario desembocan en el cierre del colegio mayor San Juan Evangelista en julio de 2014. El motivo se ha dado al no superar la Inspección Técnica de Edificios, después de varios años de sufrir irregularidades urbanísticas. El progresivo deterioro ya fue notificado por la ITE en el año 2011, ya entonces emitió un informe desfavorable por el mal estado del inmueble.

El Johnny ha sido un lugar mítico de la zona desde los años 60, un sitio donde se celebraban conciertos, actividades culturales y fiestas. A finales del año 2014 algunos estudiantes quisieron ocupar el edificio con el ánimo de volver a potenciar un espacio de cultura, progresismo y actividad social. Al principio todo parecía funcionar bastante bien -según los participantes más antiguos-, pero con el tiempo se fue añadiendo gente que rompió con esta dinámica y empezaron los conflictos internos dentro del lugar. Hay quien también ha aprovechado para hacer negocio con la venta de bebidas, tabaco, ropa, etc.

Esta mezcolanza de personas derivó en un experimento social interesante pero en el que su emplazamiento, especialmente las zonas comunes, ha ido sufriendo un progresivo deterioro. La sensación de poder ser desalojados en cualquier instante -no parece haber existido ningún intento de resistencia a abandonar el edificio- ha ido generando una mentalidad de situación provisional, un lugar que no merece la pena ser cuidado y que solo ha generado actividades de corto plazo. Con este desalojo, el futuro del emblemático centro queda en manos del acuerdo entre Unicaja y la universidad.