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VOLKSWAGEN

La bolsa se resiente por la crisis de las emisiones de Volkswagen

Por Jesús EspinosaTiempo de lectura2 min
Economía04-10-2015

Muchas preguntas sobrevuelan la cabeza de los líderes políticos europeos y mundiales sobre cómo afectará el fraude de Volkswagen en su economía. Sin duda alguna, quien debe aguantar más la respiración es la canciller alemana, Angela Merkel. El escándalo de las emisiones de la marca de coches podría tener devastadoras consecuencias para la economía alemana y de momento ha provocado una caída de la bolsa. Por ahora, según AXA IM, hay tres escenarios posibles.

El primer de ellos, implicaría una caída brutal de la venta de coches del fabricante en Alemania y otros países. Las consecuencias podrían ser terribles si caen un 20% o un 30%. Esto, además, arrastraría a una caída del PIB del país germano y del resto.

El segundo escenario supondría una pérdida del 0,4% del PIB alemán si se viera afecta todo el sector automovilístico en su conjunto, y no sólo la marca Volkswagen. Si todos los fabricantes locales de automóviles sufren una caída en la venta por falta de confianza arrastrados por el engaño de Volkswa. Por último, el tercer escenario afectaría también a los exportadores alemanes de maquinaria lo que supondría una caída del 1,1% del PIB alemán.

Volkswagen tiene más de 270.000 empleados que son los que se verían más afectados si la empresa cae en picado. Estas cifras han hecho el que problema no sea solamente de dimensiones económicas sino también políticas. El fraude de Volkswagen le ha costado a la propia marca una caída de más de un 20% en la Bolsa de EE. UU. Se trata de la peor caída contraída en la historia de la marca. Asimismo, esta crisis llevó a la Bolsa a su peor nivel desde diciembre de 2013 y arrastró a empresas del sector que también cayeron en bolsa: BMW, Daimler (dueña de Mercedes y Smart) y Peugeot, entre otras.

Estas fueron las consecuencias inmediatas cuando se les acusó de falsificar los datos de las emisiones. A esto habría que sumarle una multa que les podría imponer de 18.000 millones de dólares, solamente en Estados Unidos. En Europa en su conjunto y los distintos países miembros por separados podrían imponer sus propias represalias.

Lo que denota esta práctica es una falta absoluta de responsabilidad social de la empresa. Engañar puede suponer a corto plano un aumento ingente de los beneficiados pero, a largo, una pérdida absoluta de confianza y, por lo tanto, de ventas; lo que llevaría a la perdición de la empresa.

Entre multas y pérdida de ventas, a la marca Volkswagen le saldrá más caro el engaño que los beneficios que pudieron alcanzar mientras se perpetraba el engaño. Por lo pronto, la empresa ya ha reservado unos 6.500 millones de euros para hacer frente a todos los costes del escándalo.