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ATAQUE TERRORISTA

Europa continúa en alerta máxima por el riesgo de más ataques yihadistas

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Internacional24-08-2015

Europa está alerta ante los planes yihadistas más allá de nuestras fronteras. Es el caso de París, que aprendió en la práctica la necesidad de incrementar la seguridad ante el aumento de la amenaza terrorista en Europa, en especial la yihadista. Actualmente cuenta con el plan antiterrorista Vigipirate y continúa en estado de máxima alerta, al igual que los países vecinos.

Es por eso que desde los dos atentados del pasado mes de enero que dejaron 17 muertos, 7.000 militares, junto con 3.000 agentes de seguridad de los ferrocarriles y 1.250 agentes de la red de metro vigilan alrededor de 5.000 zonas que están calificadas como objetivos potenciales del terrorismo, como pueden ser las estaciones de tren y los aeropuertos. El plan Vigipirate permite alertar a las autoridades de acciones inusuales o terroristas en las estaciones de tren o en los mismos convoyes. Un equipo especializado tratará de identificar esas alertas desde el 1 de septiembre para determinar si debe actuar o no.

 

No es la primera vez que Francia sufre las heridas del yihadismo durante este año. Varios terroristas atacaron diversos puntos del país entre el 7 y el 9 de enero: en primer lugar, la sede de la revista satírica Charlie Hebdó, que se saldó con doce muertos y fue perpetrados por los hermanos Kouachi -de nacionalidad francesa- y más tarde reivindicado por Al Qaeda de la Península Arábiga (AQPA). En segundo lugar, el ataque fue en plena calle, cuando Amedy Coulibaly mató a un policía e hirió de gravedad a otro y después se atrincheró en una tienda típica judía, donde asesinó a cuatro rehenes. Según aseguraba Coulibaly en un vídeo propagado, estos dos últimos ataques respondían por el autodenominado Estado Islámico.

Sin embargo, ahí no cesó la masacre, ya que el pasado mes de junio, un ataque a una fábrica se saldó con un muerto; aunque el mismo día se perpetraban otros dos atentados en Kuwait y Túnez, reivindicados también por el autodenominado Estado Islámico.

Francia es el país europeo que más ciudadanos exporta a las organizaciones yihadistas que enrolan a sus soldados en Siria e Irak para combatir, especialmente con el mal llamado Estado Islámico o Al Qaeda. El ministro de Interior galo, Bernard Cazeneuve, alertó en junio del riesgo elevado de que haya más atentados en los próximos meses y aseguró que el riesgo es diferente a hace algunos años, ya que ahora la amenaza son los repatriados que, en numerosas ocasiones, actúan en solitario –son los conocidos como lobos solitarios-.

En el caso de España, Interior mantiene la vigilancia sobre 186 presos por riesgo yihadista. Por una parte, porque pueden radicalizar, captar o reclutar a otros internos musulmanes y, por la otra parte, que se cometan atentados una vez que salgan en libertad. Precisamente, nuestro país es pionero en implantar un sistema mediante el cual se clasifica en tres áreas a los presos musulmanes, junto con los delitos por los que están en la cárcel y el riesgo de que se radicalicen. Francia estudia insertarlo también en sus prisiones. Nuestro país continúa en máxima alerta tras los atentados de Túnez y de Francia, por ser países vecinos y porque el riesgo de ataque es alto, por eso la seguridad en las calles y en sitios multitudinarios ha aumentado.

El problema ante el que se enfrenta Occidente ahora es la llegada masiva de refugiados. Provienen de zonas de guerra como Irak o Siria y buscan una segunda oportunidad en Europa al atracar en las islas griegas o entrando por las fronteras con Turquía. La traba se ocasiona cuando entre los miles de refugiados se adentran en Europa terroristas procedentes del mal llamado Estado Islámico, Al Qaeda o sus facciones.