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Supercopa España

El Athletic saca la Gabarra después de 31 años

Por Rubén GallardoTiempo de lectura2 min
Deportes18-08-2015

Tras el partido de ida y el partido de vuelta la Supercopa de España se convirtió en la Supercopa de Aduriz. Hacía 31 años que el Bilbao no levantaba un título y fue el Barcelona del "triplete" el que le vio hacerlo y en el mismísimo Camp Nou. El equipo culé se rindió ante un gran Athletic en la final en la que Messi quedó a la sombra de Aduriz.

Si hablásemos de un joven cualquiera con miras de estrella se diría que el niño se hizo hombre, pero si el "chaval" se llama Aritz Aduriz y tiene ya más de treinta no se puede comparar más que con un gran vino. Mejor y mejor con los años, el delantero de los leones, el más feroz de los leones se coronó en la vuelta a la cumbre de su Athletic de Bilbao. Por si hacerle tres goles en un partido al "todopoderoso" Barcelona de Messi no fuera poco, el delantero vasco se plantaba delante de Claudio Bravo y ponía en la zarpa del león el primer título en 31 años. Luis Enrique ya no estaba con ánimo para hacer pruebas o para jugarse la credibilidad ante su público. Desde Can Barsa se había mandado un mensaje claro a todo culé de pura cepa: la remontada era posible. Había que remontar el cuatro a cero de la ida, había que tapar muchos errores y con muy poco margen. Pero en frente había un león con las fauces abiertas. El Barcelona salió a por todas y los primeros 45 minutos fueron de total asedio blaugrana. Ernesto Valverde había aleccionado bien a sus pupilos y estos sabían que la oportunidad que se les presentaba era única. Luis Suárez fue la referencia de los locales y como siempre se mostró activo y acompañó a un Messi algo desaparecido. 

Aún con todo el Athletic fue el que tuvo la primera ocasión, pero no supo quitarle la emoción al partido. Entonces el equipo culé se fue haciendo grande poco a poco y empezó a hacer su fútbol y a generar múltiples ocasiones que no llegaban a culminar. Entonces, cuando el partido amenazaba con plantarse en el descanso, apareció el motor de la maquinaria azulgrana para meter el miedo en el cuerpo del Bilbao. Rakitic ponía un centro desde la banda derecha que magistralmente Suárez recibía con el pecho y los transformaba en un pase de gol a Messi que prácticamente solo tuvo que empujarlo. Los esfuerzos de Iraizoz porque el balón no saliese de la portería parecían denotar cierto temor hasta que el balón salió. Y fue el momento de los visitantes. El león no guardó las garras y como buen "rey de la selva" siguió tácticamente perfecto en el terreno de juego y sin olvidarse del ataque. Y después de algún que otro aviso MAthieu se quedó rezagado, perdía el salto con de Marcos y el balón caía en los pies de Aduriz mientras el tiempo se paraba en el Nou Camp. La punta de lanza del club bilbaíno aprovechaba el enésimo error defensivo del Barsa en la eliminatoria y lanzaba a puerta. Bravo acertaba el lado, pero el balón volvía manso al delantero vasco que solo tenía que poner el empate y levantar la Supercopa de Aduriz lo más alto posible. Y así es como tras 31 años, la Gabarra volvió a la ría y el león volvió a rugir.