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SELECCIÓN ESPAÑOLA

Silva y poco más

Por Leonardo CaruanaTiempo de lectura2 min
Deportes15-06-2015

España salvó los tres puntos fundamentales para no perder a Eslovaquia en la lucha por el liderazgo del Grupo C. Fue un partido feo, físico y difícil. Pero la victoria llegó para una Roja con mucho toque y poco gol. Sirvió el solitario tanto de David Silva para salir de Bielorrusia con los deberes hechos. Silva y, mal que pese a muchos, Iker Casillas.

El partido ante Costa Rica demostró la necesidad de pegada, sencillamente, de tirar a puerta. Por eso la Selección decidió encerrar a Bielorrusia en el fango de su área, condenarles a su juego ramplón. La estrategia funcionó a medias: neutralizó absolutamente a los locales, pero no hubo goles. La primera ocasión llegó de las botas de Pedro, pero Goburov desvió con solvencia. Fábregas y Cazorla comandaban los ataques con tenacidad pero sin fortuna. Y curiosamente el gol no llegó del juego y la posesión, sino de un córner botado por Cesc. Fue un buen pase pero mejor aún la cantada del portero bielorruso, auténtico verdugo de sus compatriotas. El balón llegaba perfecto para Silva, que templó lo suficiente para fusilar sin contemplaciones. Era el minuto 44' y por fin el asedio daba sus frutos.

El juego de ambas selecciones apenas varió en la segunda parte. O, si acaso más de lo mismo: los de Jatskevich incrementaron su juego agresivo y físico. La Selección se volcaba en la borrachera de pases, reafirmando su falta de gol y acierto. Bielorrusia se acercaba cada vez más al área española. La primera fue de Kornilenko que se encontró con la mano salvadora de Casillas. El capitán tuvo que trabajar y mucho para sacar a La Roja de su decadencia. Paró un tiro peligrosísimo de Maevski con una palomita extraordinaria para recordar su excelente estado de forma.

La grada y el juego duro (sucio) de Bielorrusia hacían difícil el partido a los españoles, que se les hizo larguísimo. El colegiado Schörgenhofer fue permisivo y laxo ante las faltas. Piqué se tragó una durísima entrada de Zygmantovich, auténtico matón del encuentro y el árbitro se comió un penalti clamoroso a Silva. El jugador del Manchester City fue una auténtica tortura para la zaga bielorrusa. Pudo hacer doblete en los minutos finales, pero Gorbunov estuvo atento para evitar el 0–2. La próxima cita será en septiembre contra la líder del Grupo: Eslovaquia. Preocupa la falta de gol pero el resultado y los tres puntos dan oxígeno a la Roja. Si se juega regular, que sea ganando.