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ACUERDO NUCLEAR

Irán reducirá su actividad nuclear durante los próximos 25 años

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Internacional04-04-2015

Irán limitará significativamente su actividad nuclear durante los próximos 25 años. Así lo acordó junto con otras seis grandes potencias el jueves a cambio de que le levanten las sanciones internaciones que pesan sobre su país y que castigan fuertemente su economía. A partir de junio, el país verá limitada significativamente su capacidad para fabricar uranio. Los principales puntos están establecidos aunque deberán detallarlos durante los próximos tres meses.

En el acuerdo entre Irán y las potencias lideradas por Estados Unidos (China, Alemania, Gran Bretaña, Rusia y Francia) figuran varios puntos mediante los que se limita durante diez años su capacidad de enriquecimiento de uranio y de investigación y desarrollo en asuntos nucleares. Además, tampoco podrá construir nuevas instalaciones nucleares en los próximos quince años y deberá reducir sus reservas de uranio enriquecido.

Deberá primar la transparencia, ya que se inspeccionarán sus instalaciones y su programa de gestión del uranio durante todo el tiempo vigente del acuerdo. El objetivo es que se supervise este químico que tiene tanto fines militares como civiles. Actualmente, si Irán quiere alimentar un arma atómica le basta con tan sólo dos o tres meses pero con la nueva normativa necesitará hasta un año. Esto significa que reducirá de los 10.000 kilos a 300 sus reservas de uranio de bajo enriquecimiento.

Los iraníes han festejado en las calles que, por fin, se haya firmado el documento por el que Irán se compromete a no enriquecer uranio por encima del 4% en, al menos, quince años. Esto permite controlar que sólo se produzca con fines pacíficos –para lo que es necesario hasta un 5%-, ya que para fabricar un arma nuclear es necesario que se purifique hasta el 90%. Irán ha reconocido que limitará la investigación y el desarrollo de su maquinaria más avanzada –que también retirará- y que es imprescindible para purificar el uranio.

El pacto prevé que el 95% de uranio que se ha fabricado hasta ahora y que está almacenado deberá diluirlo o enviarlo al exterior. La planta de enriquecimiento de Natanz deberá ser la única del país, mientras que la instalación subterránea de Fordo albergará un centro científico civil.

Además, deberá permitir el acceso libre a las minas de uranio a los inspectores, sus centrifugadoras estarán sometidas a la vigilancia del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) y aplicará el Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación, por el que proporcionará más información a los inspectores de la ONU. De esta forma, si surge alguna sospecha de que se esté desarrollando una actividad nuclear no declarada en un lugar del país, deberá permitir que la ONU lo investigue.

Por su parte, el presidente iraní, Hassan Rouhani, ha declarado que “si la otra parte honra sus promesas, honraremos nuestras promesas para alcanzar un acuerdo equilibrado”, ya que su país no busca engañar a la comunidad internacional, según declaró en un comunicado difundido en la televisión iraní.

Se trata de un esfuerzo significativo para Irán que se verá recompensado por el levantamiento de las sanciones internacionales, siempre que cumpla con su compromiso. Así lo han establecido Estados Unidos y la Unión Europea que han advertido de que serán firmes y si no lleva a cabo el acuerdo, volverán a castigarle. Del mismo modo, el Consejo de Seguridad de la ONU también cumplirá con esta premisa.

Sin embargo, no es sólo el compromiso con la comunidad internacional, sino que Rouhani se reafirma de este modo con su plan de Gobierno, que es acercarse a Occidente y resolver el conflicto nuclear. Así, el presidente iraní que llegó al poder en 2013 intentará reforzar la economía por una vía que hasta ahora estaba agotada y que cuenta con el beneplácito de la oposición.