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campaña electoral en andalucía

Andalucía es un bastión histórico socialista marcado por un alto índice de paro y corrupción

Por Jesús Espinosa Tiempo de lectura6 min
España06-03-2015

Año 2012: El PP gana las elecciones en Andalucía, pero el PSOE e IU se unen en coalición para gobernar. Hubo un referéndum en IU en sus más 6.000 militantes que así lo ratificaron. Más del 70% apoyaron entrar en el Gobierno de la Junta de la mano de los socialistas. Sin embargo, a finales del 2014 la presidenta de la Junta, Susana Díaz, alegaba una inestabilidad en el Gobierno autonómico y optaba por adelantar las elecciones para el 22 de marzo del 2015.

Andalucía ha sido uno de los bastiones clave para los socialistas. Fue el 23 de mayo de 1982 cuando se celebraron las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía, que sería constituido el 21 de junio. Una cita fundamental que mediría no sólo el termómetro de la política andaluza, sino también de la política nacional tras la feroz oposición del PSOE.

Esas elecciones marcaron el inicio del derrumbamiento de UCD. El partido socialista obtuvo una abrumadora mayoría absoluta de 66 diputados, lo que sería el aviso de lo que ocurriría cinco meses más tarde, en octubre, en el conjunto español. La Reforma Agraria y otros desencuentros con Felipe González terminarían con Rafael Escudero que dimitía en febrero del 84. Su sucesor, José Rodríguez de la Borbolla, cerraría la primera y segunda legislatura, hasta 1992. Las siguientes elecciones andaluzas, celebradas el 22 de junio de 1986, coincidieron por primera vez con las generales, con una nueva mayoría absoluta.

Luego, en 1990 llegaría Chaves. Entró en el gobierno autonómico en plena explosión económica y enfocó su trabajo en la creación de empleo y el consenso con las demás fuerzas políticas. La legislatura del 2000, con la aparición la ley urbanística de Andalucía (LOUA), fue la más dura; aunque lejos de agotarse, el proyecto socialista de Chaves recuperó la mayoría absoluta en el año 2004, resultado que no obtenía desde las elecciones de 1990. En febrero del 2007 el pueblo andaluz aprueba por Referéndum el nuevo texto estatuario.

Chaves revalidó su mayoría en el 2008, pero sin tiempo a completar la legislatura, con los síntomas ahogantes de la deceleración económica, llegó la hora del relevo. José Antonio Griñán 'heredó' la Junta de Andalucía tras la marcha de Manuel Chaves a la Vicepresidencia Tercera del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Actualmente, el Gobierno autonómico andaluz es una coalición PSOE-IU, fallia: se rompió con un acontecimiento clave.Todo comenzó cuando la presidenta mostró su negativa, en una entrevista televisiva, a que su vicepresidente Valderas acudiera a los campamentos saharauis en los próximos meses. “Por sentido común”, dijo, “Andalucía no puede entrar en un conflicto internacional”.

La prohibición de Díaz a su número dos de hacer este viaje se mantuvo firme y además fue vinculada al papel de Marruecos como el aliado más estable de Europa en el arco mediterráneo frente a la oleada de violencia yihadista. Las competencias, defendió, eran del Gobierno de España, mientras negaba haber pactado nada en este sentido con el rey Mohamed VI en su entrevista en Marruecos. El argumento, que ya había sido empleado por su portavoz parlamentario, Mario Jiménez, indignó aún más a los dirigentes de IU, que no entendieron ni compartieron la dimensión que se estaba dando a esta visita y defendieron que “la solidaridad no puede ser objeto de conflicto internacional”.

En ese momento comenzó el tambaleo en el Gobierno autonómico. A las críticas en las redes sociales se sumó el portavoz parlamentario de IU, José Antonio Castro, unos pocos caracteres en Twitter de apoyo a la lucha saharaui “ahora y siempre”. Otro veterano diputado de IU en Andalucía, Ignacio García, era todavía más claro en su muro de Facebook. Denunciaba la actitud del PSOE como “patética” y lamentaba “el culto trasnochado a la personalidad” en alusión a la presidenta de la Junta. Eso es otro secreto a voces. A IU le indigna la gestión excesivamente personalista de Díaz y sus arrolladoras formas políticas. Era habitual oír a sus dirigentes quejarse de que a la socialista se le olvida de que presidía un Gobierno de coalición.

Por su parte, a Susana Díaz le indignó profundamente que sólo un par de días antes de que se sacaran adelante en el Parlamento andaluz el presupuesto de 2015, el líder regional de IU anunciara un referéndum sobre el pacto con el PSOE. Los socialistas estaban convencidos de que todo respondía a una estrategia política calculada que ligan a Alberto Garzón y que lleva a aparejada una radicalización de la federación de izquierdas para hacer frente al tsunami de Podemos.

El paro, un lastre en Andalucía

Si algo ha caracterizado también el gobierno de Susana Díaz en la Comunidad Autónoma ha sido el paro. El número de desempleados registrados en los servicios públicos de empleo en Andalucía aumentó en febrero en 2.121 personas, un 0,2 %, hasta contabilizar un total de 1.039.837 parados, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Empleo.

Por provincias, el paro sólo descendió en Cádiz, Huelva y Málaga, y subió en las restantes, entre las que destaca Jaén, que fue la provincia con mayor aumento del desempleo, con 1.893, y a nivel nacional fue la segunda con mayor aumento, sólo superada por la de Madrid (2.411).

A nivel nacional, el paro bajó en febrero en 13.538 personas, hasta un total de 4.512.153, el mayor descenso en un segundo mes del año desde 2001 y en comparación con febrero de 2014, el desempleo descendió en Andalucía en 29.557 personas, un 2,76 %.

En ese sentido, las políticas llevadas a cabo por el gobierno de la coalición no han surtido mucho efecto, o por lo menos eso se desprende de las cifras. Por tanto, en ese ámbito en concreto Susana Díaz no ha conseguido descender las cifras del paro que, por otra parte, sigue lastrando el crecimiento de la ciudadanía andaluza.

Dos macro causas por corrupción abiertas en Andalucía

Además del paro, si hay otro problema en Andalucía y en el Gobierno regional andaluz es la corrupción. En estos momentos hay dos macro causas abiertas en la Comunidad Autónoma: el caso ERE y el caso Cursos de Formación. Este segundo aún está en el embrión.

El origen de la investigación del caso Cursos de Formación se situó en varias inspecciones rutinarias de la Tesorería General de la Seguridad Social de Málaga. Sus funcionarios detectaron movimientos incoherentes de altas y bajas de empresas y de empleados, que coincidían con la recepción de ayudas para la formación.

Muchas de ellas eran firmas inactivas que, tras recibir las subvenciones desde los servicios de Empleo de la Junta de Andalucía, daban de alta a uno o dos empleados y después desaparecían o se liquidaban. Los cursos de formación sólo eran simulados, en muy pocas ocasiones se impartían. Y el dinero se repartía entre empresas, gestorías y, presuntamente, funcionarios públicos.

Por su parte, el caso ERE, comenzaba en el año 2001, cuando la Junta de Andalucía, presidida por Manuel Chaves, inició un procedimiento para respaldar económicamente a empresas con problemas, que se veían obligadas a presentar expedientes de regulación de empleo, (ERE) para realizar prejubilaciones o despidos; para lo que creó la partida presupuestaria 31L. Esta partida fue dotada con 721 millones de euros hasta el año 2011 y, para su finalización, debería ampliarse hasta la cifra de 1.217 millones. La Junta afirma que el procedimiento es legal, aunque la oposición del Partido Popular y varios medios de comunicación lo negaron, afirmando que el fondo y la utilización de todo el dinero del que disponía la Junta, era irregular. Actualmente, por este caso, están imputados y llamados a declarar los dos ex presidentes de la Junta: Manuel Chaves y Jose Antonio Griñán.