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OBITUARIO

El rey de Arabia Saudí fallece a los 90 años

Por Cristina GuzmánTiempo de lectura3 min
Internacional23-01-2015

El rey de Arabia Saudí fallecía anoche en el la Ciudad Médica del Rey Abdelaziz, de la Guardia Nacional de Riad, a los noventa años de edad como consecuencia de una neumonía. Su estado de salud era preocupante desde hace aproximadamente un mes y finalmente el 31 de diciembre fue ingresado por problemas respiratorios. A pesar de los continuos rumores y especulaciones sobre una posible mejora, la Casa Real confirmaba anoche su fallecimiento y el nombre de su sucesor, su hermano Salman de 79 años.

Esta no era la primera ocasión en la que el monarca estaba hospitalizado. En 2011 y 2012 se sometió a dos operaciones de espalda en el mismo hospital de Riad. Más tarde, en el 2010, fue intervenido en Nueva York como consecuencia de una hernia discal y un coágulo causado por esta. Su sucesor en el trono será su hermano Salman bin Abdelaziz, heredero oficial desde el 2012, que actualmente ocupa los cargos de Viceprimer Ministro y titular de Defensa. El puesto de monarca en Arabia Saudí no lo hereda el primogénito del rey fallecido, Abdalá tuvo 15 hijas y 7 hijos de sus cuatro esposas, sino que va pasando entre los hijos varones de Abdulaziz por orden de edad, en total son 42 hermanos.

Abdalá accedió al trono en agosto del 2005 como sucesor de su hermano Fahd aunque en realidad ostentaba el poder desde 1996 cuando asumió la regencia del país como consecuencia de una embolia cerebral que dejó incapacitado a su hermano. Se le recuerda como un hombre austero y alejado de la vida pública y los escándalos. Cuando accedió al trono generó cierto temor y rechazo entre los países occidentales por su fama antiamericana y su firme educación en el Corán, pero en el transcurso de su reinado demostró ser una persona abierta al cambio y a la reforma con ciertos límites. En estos diez años se han visto ciertas transformaciones importantes en la sociedad saudí, por ejemplo la aparición de Internet, la apertura a las inversiones extranjeras o el reconocimiento de ciertos derechos de la mujer. Con respecto a la causa árabe, la postura inicial de Gobierno saudí fue defensiva y llegó a calificar de “rencor contra el islam” a las reacciones en occidente. Un factor relevante es que en los atentados del 11-S, 15 de los 19 autores eran saudíes, incluyendo al propio Bin Laden, lo que generó la fama de “cuna del terrorismo”. Pero dos años más tarde sufrió ataques en su propio país y a partir de ahí se observa un cambio de rumbo en su política interna, como consecuencia rompe la histórica alianza de su familia con los ulemas, una de las ramas que interpreta de forma más radical el islam, y tiende la mano a la minoría chií. Además accedió también a la liberación de varios disidentes, pero siempre dentro del marco de los límites religiosos y políticos que exigían las elites de Arabia Saudí. A pesar de todo el país árabe sigue sin ser un estado igualitario. Entre las asignaturas pendientes está el dejar atrás la estructura de monarquía absoluta para dar voz a la creciente clase media, cada vez más crítica con el sistema, otro punto sería dar contenido legislativo a las Cortes y hacerlas efectivas a través de sufragio. Quizás el ejemplo más representativo de anacronismo en este país sería que las mujeres todavía no tienen derecho a conducir.

La reacción más rápida al comunicado de la muerte fue la del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el cual señaló que siempre había valorado "su punto de vista y nuestra sincera y cálida amistad. Como líder, siempre fue franco y valiente para defender sus convicciones”.