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Grecia

Draghi y el gobernador del Banco de Grecia se reúnen antes de las elecciones

Por Cristina GuzmánTiempo de lectura2 min
Economía07-01-2015

Tras uno de los peores arranques de año posibles, el presidente del Banco Central Europeo está ultimando todos los detalles para lanzar el próximo paquete de medidas que tratarán de revitalizar la economía de la eurozona y acelerar el crecimiento. Con motivo de la próxima reunión del Consejo el 22 de enero, Mario Draghi ha recibido en su despacho a Yannis Sturnaras, gobernador del Banco de Grecia, para hacer un análisis de la situación financiera a la que se enfrenta Atenas y evaluar las posibles consecuencias de las inminentes elecciones.

Los problemas de liquidez de Grecia son de sobra conocidos, la economía más castigada por la crisis dentro de la Unión Europea va ya por su quinta evaluación de rescate, y puede que última, pues quedó suspendida ante los desacuerdos entre el Gobierno y la Troika el pasado 10 de octubre. Entonces se calculaba un déficit de unos 3.600 millones de euros, que ya comprometían el funcionamiento interno del país, pero además hay que añadir el cumplimiento con los plazos de su deuda; sólo este año tiene que refinanciar 18.000 millones de euros. Esta situación se ha agravado con el adelanto de las elecciones en Atenas, la inestabilidad política se ha trasladado a los mercados que se muestran reticentes a invertir ante el riesgo de una posible victoria de la izquierda radical en el país. El Banco Central de Grecia ya reconoció “una cierta reducción de depósitos” desde que se convocaron los comicios, pero el mayor temor de Europa y de la propia entidad griega es una fuga masiva de capitales si gana Syriza. Los mercados están a la expectativa de la actuación del Banco Central Europeo y se espera la toma de decisiones importantes tras la reunión del 22 de enero, tres días antes de los comicios griegos. El último dato de inflación negativo (-0,2%) para diciembre con el que se cerró el 2014 vuelve a advertir sobre el peligro de deflación en la zona euro que no ha conseguido estabilizar sus precios. Si bien es verdad que refleja la caída de los precios del petróleo, otros indicadores muestran que el crecimiento en la Unión es prácticamente inapreciable y la situación en Grecia solo aumenta la inseguridad frente al euro. Entre las medidas que se esperan está la compra masiva de bonos soberanos- conocida como flexibilización cuantitativa (QE)- que sería la inyección de liquidez a partir de la compra de deuda pública a aquellos países que lo necesiten. Por el momento Alemania sigue siendo el país más crítico con este tipo de ayudas, si ya la semana pasada se lanzaba el rumor de que el país germano apoyaría una salida de Grecia del euro, esta vez parece que Merkel no está dispuesta a asumir los posibles riesgos de esta operación y teme que una nueva inyección de liquidez relaje las medidas de austeridad ya adoptadas.