EEUU y Cuba
Retrato de la isla de los hermanos Castro
Por Jesús Espinosa3 min
Internacional18-12-2014
El bloqueo, un argumento que el Gobierno cubano ha utilizado a menudo para justificar el fracaso de su economía y como una manera de control político hacia sus ciudadanos. En ese sentido, la explicación tiene poca consistencia; entre otras cosas porque el bloqueo norteamericano no impide que Cuba se abra al comercio con el resto del mundo, lo que hace sólo con enormes dificultades. El problema no está, por tanto, en el enemigo externo, sino en la incapacidad de la propia economía cubana para ofrecer en el mercado internacional productos con calidad y precios competitivos.
En ese sentido, para el pueblo cubano el fin de las tensiones con EEUU se traducirá, previsiblemente, en un cambio en el discurso político del mandatario Castro. La Cuba actual es un régimen que, en un primer momento, promueve la participación política pero que luego todo es una gran nube de humo que con el mínimo soplo se desvanece. La participación política en Cuba es escasa y el órgano político más básico son las circuncisiones, asambleas barriales organizadas en mayor o menor medida por los CDR barriales. En estas asambleas tienen el derecho y la obligación de participar todos los ciudadanos censados a partir de los 16 años. Sin embargo, dichas asambleas distan mucho de ejercer la democracia directa, sino que cumplen una función de elección de delegados. El sistema cubano podría definirse como una democracia representativa sin partidos políticos. En las asambleas o circuncisiones se eligen representantes locales, provinciales y nacionales. El máximo órgano de decisión es la "Asamblea Nacional del Poder Popular", y sus representantes electos eligen a su vez al presidente, actualmente Castro. Así mismo, debido al grado de planificación en la sociedad cubana, las decisiones están necesariamente centralizadas en la asamblea nacional. Las asambleas de base se limitan así a un papel de plataforma para reclamar servicios o infraestructuras para el barrio, aunque su efectividad está cuestionada. Un dato curioso es que mediante la recogida de 10000 firmas se puede forzar un referéndum que cuestione cualquier política del estado y, además, se ha utilizado recientemente aunque con poco éxito. Otra cuestión, es el hecho de la obligatoriedad de votar con nombre, apellidos y dirección, lo puede coaccionar a muchos ciudadanos a la hora de votar. El CDR, por su parte, está muy vinculado a las asambleas barriales y cuenta con unas funciones semi-policiales como el de vigilar la asistencia escolar de los niños de la circuncisión o vigilar el incumplimiento de ciertas leyes de la vivienda, como la emigración ilegal o el alquiler ilegal de viviendas. El PC por su parte se encarga principalmente de crear cuadros políticos y la línea ideológica mediante sus periódicos y emisoras. Sin embargo no se puede calificar como un órgano gubernamental, ya que no interviene directamente en la toma de decisiones y su influencia depende de la pertenencia o no al PC de los representantes electos. Aunque la tasa de criminalidad en la sociedad cubana es baja, las penas de cárcel suelen ser muy elevadas y la represión policial va en aumento con la criminalidad a partir de la entrada de los turistas. Sin embargo es evidente la manipulación o al menos pensamiento único reinante en los medios de comunicación y la dificultad de expresar en éstos ideas divergentes. Las facetas más artísticas de los media gozan de una mayor independencia y por ello pueden ser utilizadas para introducir pensamientos críticos como es el ejemplo de algunos directores de cine como Gutierrez Alea. Por otra parte se aprecia un esperanzador pensamiento crítico dentro de la juventud, sin dejarse manipular tampoco por Miami. Aunque la rigidez del sistema no incentiva las ideas y acciones críticas, aunque sean constructivas, algunos, especialmente universitarios, encuentran resquicios para actuar sobre los cambios sociales o económicos aunque la única forma es desde dentro del sistema.