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LEY DEL ABORTO

Gallardón apostó por una ley de supuestos más restrictiva que la del 85

Por Selene PisabarroTiempo de lectura3 min
Sociedad21-09-2014

Muchos consideran que el proyecto de ley del aborto del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, es muy parecido a la ley socialista de 1985. Más restrictiva que la que hasta ahora continúa vigente, la "Ley Aído" y que la anterior, Gallardón ha creado controversia hasta en su propio partido por los diferentes puntos de vista de la reforma que plantea.

Gallardón está en una encrucijada. Dentro del núcleo del PP no todos le apoyan y la cúpula ha decidido que hasta que no exista “consenso”, como anunció Soraya Sáenz de Santamaría el viernes, no aprobará por el momento la polémica reforma de la ley del aborto por ser “de gran sensibilidad social”. El Consejo de Ministros aprobó el pasado 20 de diciembre el anteproyecto de ley y, según Gallardón, el objetivo de la ley era volver a la que implantaron los socialistas en 1985 y que entre otros puntos, da prioridad al vida del no nacido ya que los dos únicos casos que se contemplan para abortar son: que corra peligro la vida de la mujer –para lo que se permite realizarlo hasta la semana 22 de gestación pero debe acreditar un informe elaborado por dos médicos diferentes del que practique el aborto- o que el embarazo haya sido como resultado de una violación –se da un plazo de 12 semanas de gestación solamente si hay una denuncia previa-. Así la reforma que plantea el ministro de Justicia es más restrictiva que la de 1985 y que la de 2010, con la ministra Bibiana Aído, porque en las respectivas leyes sí se contemplaba la malformación del feto. El punto que más división interna ha provocado es que solo se admitirá si la malformación del feto se diagnostica durante las 22 primeras semanas. Después de este plazo, la mujer solo podrá abortar si el embarazo es incompatible con la vida. Al igual que con la ley de 2010, la reforma también contempla la objeción de conciencia de los médicos, es decir, que a pesar de los supuestos que marque la ley, los doctores pueden oponerse a practicar el aborto. La llamada Ley Aído lo regula como “un derecho de la mujer”, aunque los partidarios de la reforma promovida por Gallardón estiman que habrá menos abortos –actualmente hay más de 100.000 al año-. Otra novedad, respecto a la anterior ley socialista es que en el caso de que la embarazada sea una menor, los padres o tutores deben acompañarla obligatoriamente, además de darle su permiso. Con la ley que aún está vigente, las menores sólo deben informar de la decisión pero pueden no hacerlo si la situación llevaba a “un conflicto grave”. Además, con la ley de Gallardón se deja de lado el supuesto de malformación del feto ya que desde el PP entienden que si no incumpliría como hasta ahora la Carta de las Naciones Unidas en la que se rechaza la discriminación de cualquier discapacitado. Una de las similitudes que tienen ambas es el plazo de información y reflexión previa a la embarazada sobre las consecuencias y alternativas, sólo con el requisito de que con la ley del PP en los casos de menores deben ir acompañadas por sus padres. A pesar de que el ministro de Justicia quiere dejar fuera el supuesto de malformación del feto, incluso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) instó al Gobierno a que lo incluyera en la ley, con diez votos a favor, ocho en contra y tres abstenciones para que se despenalice el aborto en casos de malformación.