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AMPLIACIÓN DE LA UE

El Rey constata una falta de inversión española en Eslovaquia y Eslovenia

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
España05-07-2002

Mientras en España se debatía la idoneidad de que el rey Juan Carlos asista a la próxima boda en julio de Mohamed VI de Marruecos, Su Majestad se desplazaba en visita oficial a Eslovaquia y Eslovenia. Son dos países que ingresarán próximamente en la Unión Europea –en el año 2004-, y en los que España ha invertido muy poco a pesar del interés que le pueden ofrecer.

Eslovaquia es la parte más pobre escindida de la antigua Checoslovaquia. Su presidente se llama Rudolf Schuster, y su primer ministro es Mikulas Dzurinda. Ambos admiran el proceso de transición que llevó a España a la democracia, la integración en Europa y en la OTAN, y su progresiva modernización desde entonces. Uno de los artífices de aquel cambio, el rey Juan Carlos, defendió la semana pasada en Eslovaquia, que España defiende una Unión Europea “integradora, (...) más abierta, competitiva y dinámica, pero al mismo tiempo solidaria gracias a la cohesión social y económica de sus miembros”. La ampliación de la Unión, que se producirá en el año 2004, es para el Rey “un deber de solidaridad hacia países como Eslovaquia que hoy, igual que España en su día, han visto en la construcción europea la mejor garantía para su democracia, su modernización y su prosperidad”. Después de Eslovaquia, Don Juan Carlos visitó Eslovenia. Milan Kucan es el presidente esloveno, y afirmaba así su parecer sobre las relaciones entre su país y el de su invitado: “Entre Eslovenia y España no hay problemas, solamente existen oportunidades, y más aún, oportunidades excepcionales”. Desde hace nueve años, los flujos comerciales entre España y Eslovenia se ha multiplicado por cuatro. Aún así, las inversiones españolas en el primer país que se escindió de la antigua Yugoslavia –y sin violencia-, no han aumentado al mismo ritmo. De hecho, sólo una empresa española, una conocida marca de confección para mujer, tiene presencia en Eslovenia. Sin embargo, España es uno de los países que más colabora en la puesta al día de la Administración eslovena cara a su adhesión a la Unión. Ambos países comparten una misma preocupación en este sentido: que, por su Producto Interior Bruto per capita –el 75 por ciento de la media europea, Eslovenia, y el 85 por ciento, España- dejen de percibir las ayudas comunitarias que se llevarán los futuros socios más pobres.