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PROCLAMACIÓN FELIPE VI

Dos reyes, la misma Corona y las diferencias de cuarenta años

Por Selene PisabarroTiempo de lectura2 min
España19-06-2014

La clave para el acto de proclamación del Rey era en grandes líneas la austeridad. La Casa Real no quería nada ostentoso puesto que quería reflejar el momento que viven los españoles y adecuarse a las circunstancias. Numerosas diferencias que han marcado el antes y el después de dos reyes, don Juan Carlos y Felipe VI, que ya representan el pasado y el futuro, respectivamente.

Los expertos en protocolo advierten de que era importante cortar con el pasado para enfocar un nuevo futuro. Esto es porque don Juan Carlos juró su cargo ante la Biblia y en presencia del crucifijo en un momento que estaba marcado por el franquismo. En ese momento, se comprometió a reinar bajo las formas del Movimiento Nacional. Por entonces, la corona se pasó por las cabezas de don Juan Carlos y doña Sofía como símbolo de la monarquía, algo que no se ha repetido en 2014 y tanto la corona como el cetro se han mantenido expuestas a la derecha de Su Majestad. La Iglesia y el Ejército tenían una profunda importancia en España y debían estar presentes. Ahora, en cambio, Felipe VI ha formalizado su proclamación como Rey ante la Constitución como símbolo de todos los españoles, representados en las dos Cámaras que se habían reunido en el Congreso de los Diputados. Tampoco habrá una ceremonia religiosa como se celebró cinco días después de que Juan Carlos I comenzase a ser Rey. En cambio, sí se ha realizado un acto laico en el Palacio Real donde los Reyes han recibido a las autoridades y personalidades. En 1975, el discurso de don Juan Carlos duró tan solo cuatro minutos -más de la mitad que el de Felipe VI- y en el que no se produjo ninguna interrupción. Tampoco se quería hacer referencia al pasado aunque el presidente del Congreso en ese momento quiso recordar a Franco. 39 años más tarde, el discurso del Rey ha tenido numerosas interrupciones por aplausos de la Cámara Baja. Este ha abogado por hacer frente al futuro de España y a la renovación monárquica. Además, cambió la última frase que pronunció su padre al grito de “Viva España” por un agradecimiento en todas las lenguas cooficiales. Sin embargo, en ambos actos no estaban los padres de los monarcas, es decir, Juan de Borbón y Juan Carlos I. Franco había designado a don Juan Carlos como su sucesor de Jefe de Estado puesto que no tenía simpatía por Juan de Borbón, que renunció a sus derechos dinásticos 18 meses después de la muerte de Franco. En este caso, Juan Carlos I ha decidido no estar presente nada más que en el Palacio Real y mantenerse al margen para no quitar el protagonismo a su hijo. Siguiendo la línea de austeridad, no han asistido los jefes de gobierno ni miembros de las otras casas europeas aunque entre los más de dos mil invitados a la recepción en el Palacio Real han figurado toreros, deportistas o políticos. La Casa Real ha cambiado de imagen y, con ello, ha modificado su escudo. A partir de ahora tendrá el escudo sin el yugo y las flechas de los Reyes Católico y la cruz de Borgoña roja, además de que el fondo azul se cambia por el tradicional rojo carmesí.