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NBA

La hegemonía tejana

Por Mario VieraTiempo de lectura2 min
Deportes16-06-2014

Miami llegaba con dudas a la final. Llevaban arrastrando desde el inicio de los Playoffs la debilidad que acabo por tumbarles ante los Spurs. Su pobre fondo de banquillo. Las fuerzas de los de Florida se han ido mermando durante las eliminatorias hasta que finalmente tan solo dependían de una persona, Lebron James.

La realidad es que es inadmisible que en un equipo que tiene las estrellas que tiene Miami, el máximo anotador sea James con 31 tantos, y el siguiente sea Wade con 13. Todo lo contrario pasa por parte de San Antonio. Leonard, Ginobili, Mills, Parker y Duncan se fueron hasta los 22, 19, 17, 16 y 14 puntos respectivamente, y eso tan solo señalando los jugadores que llegaron a dobles dígitos. El apartado defensivo fue algo similar, aunque la estadística en rebotes estuvo pareja (41 para los Heat frente a 40 de los Spurs), la defensa de San Antonio fue una auténtica muralla. Nada que ver con los de Miami, cuya canasta parecía un colador. Tenían problemas para parar a Duncan en la pintura, y para frenar las jugadas de “pick & roll” desde el perímetro. Es un partido del que tan solo se puede recalcar el impecable juego de los tejanos. Popovich una vez más demuestra porque es uno de los mejores entrenadores de baloncesto. Aprendió de los errores de las finales del año pasado, y para la presente edición, no permitió que nada se repitiese. Apretó en defensa y se tomó los ataques con calma. Nada de jugar a la velocidad de los Heat. Impresionante fue también la actuación de Kawhi Leonard. Que el alero iba a ser una estrella se supo básicamente desde el inicio de su carrera. Pero que tendría un papel tan importante como el que ha tenido en las Finales ha sido impresionante. Leonard ha sido la piedra angular de los Spurs, sin él, probablemente la serie tendría otro color. No solo fue una pesadilla ofensiva, sino que también se encargó de parar la gran mayoría de los embistes en ataque de los de Miami, y en especial de Lebron James. Su impresionante juego le valió que, de manera unánime, se llevase el galardón a MVP de las Finales de la NBA, y el chaval tan solo tiene 23 años. Finalmente, los Spurs celebraron su nuevo anillo. El quinto de Duncan desde que llegó a las filas de San Antonio allá por 1997 y el cuarto del trío que formó con Parker y Ginobili. Sin olvidarse, por supuesto, de que es el primero de Kawhi Leonard, y probablemente, el primero de muchos.