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LIGA DE CAMPEONES

El año de la Décima

Por Rubén GallardoTiempo de lectura3 min
Deportes25-05-2014

Lo que empezaba a ser una obsesión acabó siendo un doblete. El Real Madrid culmina una temporada con la que muchos soñaban desde hacía mucho tiempo. Lograr dos títulos ganando a sus dos eternos rivales. Copa del Rey y Champions. Barcelona y Atlético de Madrid respectivamente. Dos finales apasionantes y el Real Madrid consigue ser el primer equipo con un palmarés de dos dígitos en la historia de la Copa de Europa. El año de Bale, el año de Ancelotti, el año de Ramos y otro año de Ronaldo; el 2014 es el año del Real Madrid.

La obsesión blanca. Doce años habían pasado desde que Zidane bajaba del cielo un centro de Roberto Carlos y lo ponía en la misma escuadra del Hapdem Park. Escocia había sido testigo del último Real Madrid campeón de Europa. Mucho había llovido ya y tres años seguidos llevaba el Madrid figurando entre los cuatro mejores del continente. Otro año de inversiones estratosféricas. Llegaba Gareth Bale, el ansiado Ancelotti y Ronaldo se convertí en el futbolista mejor pagado. Pero si la Décima Copa de Europa tiene un nombre es el de Sergio Ramos. El camero es el espíritu mismo del Real Madrid: fuerza, garra y calidad. El sevillano se encargaba él solo de acabar con la maldición del Allianz Arena, con la maldición de los Bayern Múnich Real Madrid. El sevillano empataba una final en el minuto 93 de un partido que todos daban por perdido. El resto fue solo seguir la inercia, los cimientos de la Décima estaban ya colocados y el número 4 del equipo de Chamartín se acaba de convertir en leyenda viva del madridismo. Atrás quedaban ya el Schalke 04, el Dortmund y el Bayern, Alemania estaba rendida a la artillería merengue. Y es que los soldados blancos han conquistado Europa por décima vez y es algo que nadie en el mundo del fútbol puede decir. Y es que hoy Madrid es la capital de Europa. Pero no solo la Champions llenaba Madrid de lágrimas de emoción, la historia marcará 2014 como el de la Décima pero nadie olvidará una cabalgada de Bale en Mestalla que valió una Copa del Rey. El galés abrumaba a la defensa rival con una carrera por banda que dejaba atrás a todo perseguidor en el minuto 85 de partido. El rival volvía a ser el Bacelona, como dos años atrás, reditando el duelo de Guardiola contra Mourinho pero con unas sensaciones totalmente distintas. Un Madrid superior que pudo hacer trizas a los culés acabó sufriendo por un tiro al poste de Neymar. Pero el año 2014 estaba ya marcado, nada podría ensombrecer el año de la conquista de la Décima. Parecía que todo estaba preparado, parecía que Florentino Pérez sabía algo de esto y por eso ansiaba fichar a Ancelotti, parecía que casi 100 millones de euros eran mucho dinero a pagar por un futbolista pero ya nadie se acuerda más que de sus dos goles en las dos finales. Nadie recordará el error de Casillas en la Champions, nadie recordaré el sano pique con Diego López, nadie recordará que pudiera haber sido el año del triplete, nadie recordará que fue el año que la sección de baloncesto perdió otra final de la Euroliga. El mundo del fútbol recordará por siempre como Sergio Ramos se levantaba por encima de la defensa rojiblanca, cómo di María se plantaba en el área después de irse de cuatro futbolistas rivales para que Bale empujara el balón a la red, y cómo Marcelo y Ronaldo hacían la victoria más sólida de lo que ya era. Pero sobre todo, recordaremos cómo el 2014 hizo honor al regate de Mijatovic en la Séptima; a los goles de Raúl, Morientes y McManaman en la Octava; y por encima de todos ellos a una volea que Zidane convirtió en un monumento al fútbol. Nadie olvidará el año de la Décima Copa de Europa blanca. Nadie olvidará el 2014.