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LIGA DE CAMPEONES

La conquista de la Décima, un duro camino hasta Lisboa

Por Jaime PalaciosTiempo de lectura2 min
Deportes25-05-2014

El Madrid ha reconquistado Europa a golpe de contraataques y fútbol relampagueante. Tras doce largos años de travesía en el desierto la Copa de Europa vuelve a casa, donde siempre tuvo que estar, en posesión de su más fiel amante, pues entender la Champions sin el Madrid es imposible. Pero el camino hasta Lisboa no ha sido cosa fácil para los blancos. Campeones venidos de Italia, bestias negras, verdugos germanos y vecinos ariscos se han interpuesto entre el gigante blanco y la ansiada Décima.

La fase de grupos fue un mero trámite para el Real. Los tempranos pinchazos de la Juventus hicieron que el liderato del grupo estuviera asegurado desde prácticamente la tercera jornada. Galatasaray y Copenhagen no fueron rivales para un Madrid que apagó el infierno turco con brutal 6-1 y deleitó a los daneses con un 4-0 en el Bernabéu y un 0-2 en Dinamarca. La Juve tampoco fue capaz de ganar a los blancos en sus dos enfrentamientos. En octavos llegó el primer rival alemán. Y es que el viaje del Madrid hacia la final de Lisboa fue un trayecto en el que solo se habló en germano. El Schalke se interponía entre el Madrid y la Décima y pagó caro su osadía. Los blancos ganaron en Alemania por segunda vez en su historia endosando al conjunto germano un duro correctivo: 1-6 y la eliminatoria cerrada. La vuelta en el Bernabéu fue un mero trámite solo empañado por la cruel lesión de Jesé. En cuartos llegó la hora de la venganza. El verdugo del año pasado, el Borussia Dortmund, se presentaba otra vez dispuesto a cortar cabezas. Pero los hombres de Klopp no eran los del año pasado y con un 3-0 en el Bernabéu el Madrid tomó cumplida venganza y selló el pase a semifinales. O eso pensábamos todos pues en Alemania el orgullo germano despertó y apunto estuvo de costarle a los blancos la eliminación de Europa. Aquella derrota por 2-0 ha sido el único momento oscuro del Madrid esta temporada. Tan oscuro como las caras de los madridistas cuando vieron que el rival de semifinales, el único que se interponía entre la final y ellos, era el temible Bayern de Pep Guardiola. Pero este Madrid había perdido el miedo a Alemania. El 1-0 en el Bernabéu parecía que no iba a ser suficiente para frenar al rodillo alemán en Baviera, pero el Real ofreció al mundo entero una noche para el recuerdo, una de las noches históricas del inmortal Madrid. Los árboles de Múnich se apagaron a base de goles y contragolpes relampagueantes. Ya estaban en Lisboa. La final fue mucha más sufrida. Cuando parecía que la Décima se escapaba rumbo al Manzanares Ramos se levantó imperial ante la férrea defensa colchonera y con un certero cabezazo volvió a meter a los blancos en la lucha. La prórroga fue otra historia. El Madrid avasalló al Atlético a base de superioridad física e individual. Los goles de Bale, Marcelo y Cristiano tiñeron la Copa de Europa de blanco y auparon al Madrid al edén del fútbol mundial.