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LITERATURA

La enfermedad termina con la magia de Gabriel García Márquez

Por Pedro Plasencia MartínezTiempo de lectura5 min
Cultura18-04-2014

El máximo representante del realismo mágico ha fallecido en Ciudad de México a la edad de 87 años. Una infección pulmonar provocada por el cáncer puso en sobreaviso a toda la familia del genio colombiano y a una gran parte de los medios de comunicación de todo el país. Finalmente, Gabo pasó sus últimos días en su casa, entre los suyos, recibiendo cuidados paliativos hasta su esperado desenlace.

Hijo de un telegrafista, Gabriel Eligio García, y de Luisa Santiaga Márquez, el pequeño Gabriel García Márquez nació en Aracataca, un pequeño municipio de Colombia en el año 1927. Tras el abandono de sus progenitores, la tutela del muchacho pasaría a manos de sus abuelos maternos, especialmente en la figura de su admirado abuelo, el coronel Nicolás Márquez. Sus fuertes raíces le inspirarían una y otra vez en la creación de sus obras. La mítica ciudad de Macondo y los sucesos narrados en su Crónica de una muerte anunciada no fueron otra cosa que el reverso negativo e imaginario de una realidad muy cercana y lejana a la vez. Sin embargo, la forzosa huída de su patria natal se vio propiciada por la represión del dictador Laureano Gómez y del general Gustavo Rojas Pinilla. Toda esta influencia militar se haría notar más adelante en algunas de sus obras más conocidas, permitiendo la creación de personajes como el heróico Aureliano Buendía o el caprichoso protagonista de la cruda novela El coronel no tiene quien le escriba (1961). Durante su juventud, García Márquez empezó la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Bogotá. No obstante, su pasión por escribir le haría decantarse al final por una vocación bastante distinta, el periodismo. En 1948 empezó a colaborar en El Universal de Cartagena de Indias, colaboró con El Heraldo de Colombia, fue acumulando méritos como redactor jefe en El Nacional y actuó como enviado especial y corresponsal para la agencia Prensa Latina. Destacó también su papel de promotor con el lanmzamiento de la revista Crónica, el principal lugar de encuentro del Grupo de Barranquilla, un movimiento compuesto por toda una generación de intelectuales colombianos, entre los que se hallaban Orlando Rivera, Álvaro Cepeda Samudio, Alejandro Obregón y Julio Mario Santo Domingo. Intentando compaginar sus labores de literato con los de redactor, Gabo escribió durante la década de los 60 y 70 una gran parte de su legado como novelista. Después del fracaso comercial de La hojarasca, publicada por primera vez en 1955, el padre del realismo mágico vive un largo periodo de penurias económicas y de desastres amorosos. La pérdida de su hijo y la ruptura con la vasca Concha Quintana le llevarán a formar una nueva familia con una vieja conocida, Mercedes Barcha, la hija del boticario de Aracata. No será hasta 1967, año de la publicación de Cien años de soledad, cuando Gabo triunfa a escala mundial, vendiendo 8.000 copias de la obra en la primera semana. La epopeya de los Buendía será aclamada por el público y la crítica como una de las cumbres en la literatura del siglo XX, dando paso al boom latinoamericano. Una vez alcanzado el éxito, Gabriel García Márquez se codeará con importantes políticos y escritores de la izquierda. Su amistad con Fidel Castro provocará a su vez el inevitable alejamiento de algunos de sus compañeros, Goytosolo, Reinaldo Arenas y Mario Vargas Llosa terminarán rompiendo su relación con él por causas políticas. En el caso de Vargas Llosa, la biografía de Gerard Martín señala además una posible infidelidad de Patricia Llosa como causa principal de la enemistad entre ambos autores. Su éxito sin embargo, no quedaría dañado, la difusión de sus crónicas, reportajes y libros le permiten ganar notoriedad y cosechar una lista de numerosos galardones. El Rómulo Gallegos (1972), el Jorge Dimitrov por la Paz (1979), la Legión de Honor francesa (1982), la Orden del Águila Azteca (1982) o el premio de periodismo colombiano Cuarenta Años (1985). El infatigable cronista sería nombrado también Premio Nobel de Literatura en 1982 tan solo un año después de la salida al mercado de la fatídica historia de Santiago Nasar. A Crónica de una muerte anunciada le seguirían títulos de distinta relevancia, con El amor en los tiempos del cólera y El general y su laberinto Gabo consiguió mantener su vertiente más histórica describiendo la situación de Cartagena a finales del siglo XIX y relatando los últimos días del libertador Simón Bolívar. La de escritor no fue la única de sus ocupaciones, García Márquez también fue un consumado guionista cinematográfico. Su pasión por el celuloide venía persiguiéndole desde su más tierna infancia. Tanto es así que estudió en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma y fue miembro fundador de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba. Durante su vida, el autor llegó a elaborar una extensa filmografía de 51 títulos como guionista, entre los que se encuentran algunas adaptaciones de sus propias obras como Eréndira o Me alquilo para soñar. La salud de Gabriel García Márquez sufrió sus primeros achaques serios en 1999 al ingresar en la clínica de Bogotá a causa de un linfoma. A pesar de las dificultades físicas y del progresivo deterioro mental, Gabo siguió contando sus inquietudes de forma ininterumpida, hasta la aparición en 2004 de la obra Memorias de mis putas tristes, la cual supondría la despedida artística de este tremendo narrador. Hoy el mundo entero llora la pérdida de un gran artista que hizo soñar a una infinidad de lectores, ya fuese en castellano o en inglés. Compañeros escritores como Ángeles Mastretta o Héctor Aguilar Camín daban su adiós al fallecido junto al presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien ha decretado tres días de duelo en un último homenaje oficial "Se nos ha ido el compatriota más querido y admirado de todos los tiempos" ha afirmado apesadumbrado el dirigente.