Obituario

Muere el general Armada, el presunto cabecilla del 23-F

Por José Manuel Arias3 min

España02-12-2013

Aunque durante el proceso judicial fue culpado por generales y jefes de haber inducido al golpe de estado del 23 de febrero de 1981, él siempre se consideró inocente. Armada intentó llegar a la presidencia del gobierno que correspondía en aquellos momentos al teniente coronel Antonio Tejero. Pagó con creces su propio fracaso por una mala organización. Armada fue juzgado y condenado, para ser indultado en 1988 y llevar una vida tranquila en Madrid y en Santiago de Compostela el resto de sus días hasta que falleció el día 1 de diciembre de 2013.

Nació en Madrid en 1920 pero su familia era de origen gallego. Fue hijo de un general de división del ejército y ahijado de la reina María Cristina. Se diplomó en la Escuela de Guerra de París e inició su carrera como soldado a los 16 años en la Guerra Civil, lo que le ayudaría a ascender al rango de capitán del ejército. Se alistó en la Academia de Transformación para Oficiales de Artillería. Se ofreció como voluntario en la División Azul para luchar en Stalingrado. Volvió a Madrid en el 43 cuando ya era capitán. Formó también parte de la secretaría de ministros del Ejército, donde conoció a Fernández Campo, quien le recomendaría posteriormente como sucesor del Rey. Ejerció como profesor en varias escuelas militares e instructor militar del actual Monarca hasta que este ascendió al trono y lo nombró secretario general de la Casa del Rey. Fue cesado y sustituido de su cargo en 1977. En 1979 fue destinado a Lérida en condición de gobernador militar. Aquí mantuvo una conversación con Enrique Múgica, quien, según la mayoría de las versiones, trató de mostrarle la necesidad de que se originase un nuevo Gobierno de concentración. Los motivos que argumentó fueron, la cada vez peor situación de la UCD y la ineficiencia de Adolfo Suárez. Armada era sin duda una figura interesante para plantear un golpe de Estado por su enorme apoyo militar y su larga trayectoria. Volvió a Madrid para cubrir la vacante de segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. El secretario Agustín Rodríguez Sahagún firma su nombramiento en el 81 pese a las discrepancias de Súarez. Ese año se planeó el golpe de Estado por el teniente general Jaime Milans del Bosch. Súarez dimite, y antes del golpe del 23-F, un grupo de seguidores de Milans del Bosch intentaron sublevarse a la División Acorazada de Brunete, lo cual fracasó. El 23 de febrero, a las 18:20, comienzan los disparos en el Congreso. Armada recibe una llamada telefónica de Juan Carlos y otra del jefe de la División Acorazada, el general juste, quienes le comunican que el golpe insurgente se ha producido en su nombre. Después recibió la llamada del general Aramburu, quien le pidió que acudiese de inmediato al congreso. Se le autoriza para negociar personalmente con tejero tras el permiso de su jefe Gabeiras. Según el criterio del general Armada, la discusión entre ambos duró un cuarto de hora sin éxito alguno, pero tampoco empeoró la situación. La versión del Tribunal Supremo fue otra muy distinta, pues dictó contra él una sentencia definitiva de 30 años de prisión y la pérdida de su cargo militar. Los responsables del golpe declararon que Armada fue el líder de la operación, pero él se aferró desde entonces a su propia verdad. Solicitó perdón en cinco ocasiones y fue finalmente indultado en el 88 por su pésimo estado de salud. Tuvo que ser intervenido por una hernia discal, una embolia cerebral y una cardiopatía. Según sus fuentes familiares, Armada perdió la vida en el hospital a los 93 años de edad, y su entierro ha sido fechado para el martes día tres de diciembre. La causa de la muerte fue un paro cardiaco tras permanecer varias semanas ingresado en el hospital. Su obra más conocida fue “Al servicio de la Corona”, una autobiografía publicada en 1983 que, entre otros muchos capítulos, relataba su versión del 23-F.