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SIRIA

Siria, una guerra que reabre las heridas de Iraq y Libia

Por Selene PisabarroTiempo de lectura4 min
Internacional18-09-2013

El conflicto que vive actualmente Siria respecto a la comunidad internacional, ha reabierto nuevas brechas que aún no estaban curadas. A lo largo de este mes, muchas personas han comparado la posible intervención de Estados Unidos en el país con la de Libia o Iraq. Cada país, además de un gran conflicto a nivel internacional, contiene en sus entrañas numerosos entresijos. Por otra parte, la ONU aparenta ser cada vez más frágil a la hora de tomar decisiones sobre la intervención en países.

Ahora que Siria vive momentos de total incógnita respecto a su futuro, otras guerras pasadas suben a la superficie de la memoria de los ciudadanos. El papel que juega la ONU es fundamental para determinar si, finalmente, se producirá una intervención internacional como ya pasó anteriormente con Iraq o Libia. Sin embargo, a pesar del informe que pueda dictaminar el organismo, la historia ha demostrado que no siempre ha sido vinculante y, al final, los grandes opositores tienen la última palabra, como sucedió con Iraq. La polémica guerra de Iraq Tras la primera guerra del Golfo en 1991, el presidente de Iraq, Saddam Hussein fue denunciado por las atrocidades que estaba cometiendo con la población y se le acusó de manejar y poseer material de destrucción masiva. Inmediatamente, la ONU puso en marcha sus investigaciones en 1998 y le obligó a que destruyera todo ese tipo de armas. El que era el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y sus aliados (Reino Unido, Australia, Dinamarca, Polonia, España y otros Estados) creían que Hussein seguía teniendo armas de destrucción masiva y, por tanto, violaba el convenio al que estaba suscrito en la ONU, con lo que Bush la orden de que se interviniera en Irak a través de una acción militar. No contaban con el consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU, que no podían juzgar a los invasores porque aún no estaba recogido en el Tratado de Roma de 1957. Del 20 de marzo al 1 de mayo de 2003 se produjo la invasión de Estados Unidos en Irak con el objetivo de encontrar al presidente, aunque no lo consiguiera hasta diciembre, para ejecutarlo en 2006 en EE.UU. Otro de los fines de las tropas era restablecer el orden en el país, reclutar al ejército iraquí y sembrar la democracia, que se consiguió solo durante poco tiempo. Cuando la guerra terminó, los inspectores que evaluaron el país, sentenciaron que en el momento de la intervención no existían ni había orden de que se fabricaran ese tipo de armas desde 1991. Aunque no se sabe con exactitud el número de víctimas, se calcula que alrededor de casi un millón de personas murieron durante el ataque. El 31 de diciembre de 2011, EE.UU. retiró todas sus tropas del país iraquí y Obama puso fin al combate. Se ha revelado que las armas que emplearon los estadounidenses, contenían altos niveles de uranio que, varios años más tarde, comienzan a notarse sus efectos, como diferentes casos de cáncer. Asimismo, diez años después del comienzo del conflicto, la violencia se sigue perpetrando en las calles iraquíes: cada pocos días se producen atentados en las principales ciudades en la que mueren decenas de personas. Por ejemplo, este martes murieron 32 en una serie de ataques. La exclusión aérea de Libia Otra de las guerras en Oriente Medio, aunque menos polémicas, ha sido la de Libia. Comenzó con las revueltas de la Primavera Árabe, en febrero de 2011. Por algunas de las circunstancias, recuerda mucho a la guerra civil de Siria, ya que también se produjo un enfrentamiento entre el régimen y la oposición. Lo que empezó con una protesta por la corrupción política acabó desencadenando una guerra que se congregó en las redes sociales. Entre el 17 y el 19 de febrero de 2011 miles de personas salieron a las calles, consiguieron tomar el control de la ciudad de Bengasi y crearon un gobierno provisional. Aunque en vano, el ejército del presidente, Muamar el Gadafi, intentó reprimir las revueltas. Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga Árabe pidieron que cesase la violencia que ya acarreaba casi 200 muertos. Se desató una guerra civil hasta el 31 de octubre de 2011. A los pocos días de que comenzase, la comunidad internacional decidió intervenir de alguna manera para frenar la masacre que se podía producir si Gadafi no abandonaba las armas. El Consejo de Seguridad de la ONU, a petición de EE.UU., Francia y Líbano, aprobó que se estableciera una zona de reclusión aérea sobre el país. La resolución se anuló en el momento en el que obtuvieron la victoria los rebeldes. Gadafi fue ejecutado el 20 de octubre de ese año por los opositores. La situación que está viviendo actualmente el país es de absoluta indefensión ya que, dos años después de la caída del poder de Gadafi, la violencia ha aumentado sobre todo en los asesinatos a los oficiales de seguridad, periodistas y jueces. El proceso de transición que está viviendo Libia es duro porque tiene aún numerosas cuestiones políticas que resolver.