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ARTE

El arte grita contra la violencia de género

Por Cristina González BoyarizoTiempo de lectura2 min
Cultura07-05-2013

Una mujer sangra en el suelo tras ser violada, otra se golpea el pecho con una calavera jadeando… Chicas amordazadas, maniatadas… todas ellas tienen algo en común, han sido maltratadas. La Fundación Canal abre sus puertas para ofrecer al público la exposición itinerante Controversia, 28 miradas. Distintas perspectivas para la misma cruda realidad. Obras artísticas que hablan por sí solas, cuentan historias, emocionan.

Artistas de todos los continentes colaboran en la causa con un único objetivo: remover la conciencia social de la forma más reaccionaria que está en su mano, por algo dicen que una imagen vale más que mil palabras. Algunas de las profesionales en el ámbito internacional son Abramovic, Bourgeois o Yoko Ono, entre otras más jóvenes. El recorrido guía al individuo por distintos rincones de este infierno. La violencia a féminas desde todas las perspectivas. Como individuo, en familia, en una comunidad más amplia, en el mundo de la cultura y en el de la política. Una visión completa por stands. Cada uno de ellos ha contado con participantes totalmente entregadas al asunto, conocen sus posiciones y saben lo que quieren dar a entender, recrean las muestras en distintos lugares y de diferentes modos, pero siempre con las mismas ganas y empeño. Un contacto brutal con una situación no menos fuerte mediante la visión de lo evidente, pero también lo abstracto. Desde esclavas dispuestas a ser vendidas, hasta mujeres lisiadas y humilladas, pasando por dos senos hinchados y amoratados, en cuyo fondo, pueden verse retratos de mujeres de todas partes desarrollando roles eminentemente femeninos, recreando esa sociedad fascista de la que es posible que aún queden vestigios. Randy Rosenberg, encargada de presentar la iniciativa en Madrid, se expresa al respecto de la idea original: "esto llega en el momento preciso, ahora la violencia a el sexo débil está, por desgracia, a la orden del día, cuando no es una chica envenenada con ácido en Afganistán, es un grupo de jóvenes detenidas en Chicago. No dejamos de oír catástrofes a este respecto, aunque últimamente, por otro lado, la gente parece darse más cuenta que antes poco a poco, está despertando”. Así mismo Rosenberg señala que este evento es una excusa para acercar culturas, para universalizarlas bajo una causa común que ocurre y sensibiliza en todas partes. "Espero que cale hondo y que todas aquellas que atraviesen por situaciones similares vean aquí ayuda y consuelo. Este tema no está para nada superado en el fondo y necesitamos que todos se den cuenta de su gravedad y de su presencia, que debería erradicarse", afirma Rosenberg.