NBA
Los Bulls imponen su voluntad
Por Mario Viera3 min
Deportes05-05-2013
A pesar de estar diezmados por las lesiones, con algunos jugadores jugando incluso lesionados, con otros vomitando durante los tiempos muertos, superados numéricamente y con escasas rotaciones, los Chicago Bulls salieron al parqué en Brooklyn con el corazón en la mano. Y contra todo pronóstico y tras 7 partidos, ganaron.
La ausencia de Derrick Rose en la plantilla ya ha sido un hándicap terrible para Chicago a lo largo de la temporada. Pero que en los Playoffs, Kirk Hinrich y Luol Deng se lesionen, es echar leña al fuego. Tan solo quedó Nate Robinson a cargo de la posición de base. Que a pesar de jugar con un virus estomacal, reprimiendo sus ganas de vomitar hasta los tiempos muertos, ha promediado la friolera de 42 minutos por partido. Sin contar con que ha sido clave para el pase de los Bulls a segunda ronda. Como fueron sus 25 puntos en el último cuarto del tercer partido de la serie. También la decisión de Noah de salir a la cancha en el séptimo partido a pesar de su lesión en el gemelo fue clave. Tan clave que acabo siendo el MVP del encuentro, con un doble-doble de 24 puntos y 14 rebotes. Esos dos ejemplos son una muestra del coraje que han demostrado tener los Bulls, que a pesar de tener todo en contra han derribado a uno de los favoritos. Y fue con ese coraje con el que salieron a jugar en el séptimo partido en el Barclays Center de Brooklyn. Los dos primeros cuartos del encuentro fueron una pelea que no se decidía por ninguno de los dos equipos. La dominancia de los Nets en el tablero con los rebotes, encabezados por el renovado Reggie Williams auguraban un camino oscuro para los Bulls . Pero irónicamente, eran los de Chicago quienes dominaban la pintura defensivamente hablando, con 7 tapones. Y ciñéndose a defender, fue como los de Tom Thibodeau se recuperaron. Con la llegada del tercer cuarto, los Bulls tomaron una cómoda ventaja de 10 puntos. A partir de ahí, comenzó una partida de ajedrez por ver como los Nets podían acercarse en el marcador, y como los Bulls podían frenarles. Si Chicago no podía impedir un triple de los de P.J. Carlesimo, automáticamente relegaban la pelota en Robinson o Belinelli para contestar con uno propio. Así fue con cada una de las jugadas. Sin darse cuenta, los Nets estaban cayendo en el juego de los Bulls, y así los de Chicago comenzaron a dictar el tempo del partido. Las prisas llegaron en el ecuador del último cuarto, cuando los de Brooklyn se dieron cuenta de que seguían 10 por debajo. Pero ya era demasiado tarde. En las últimas jugadas los Nets recurrieron a las faltas para arañar todos los segundos posibles, pero todos los balones iban a las manos de Belinelli, y el escolta italiano estaba demasiado entonado como para fallar los tiros libres. En los segundos finales los Nets tiraron la toalla y con caras de resignación algunos jugadores se dirigían directamente hacia los vestuarios. Todo lo contrario pasaba por parte de los Bulls, que antes del toque de la bocina, Joakim Noah se olvidaba de cualquier tipo de lesión mientras saltaba por los aires con el pequeño Nate Robinson en brazos. El resultado final de 99-93 no reflejaba en su totalidad la batalla que se había librado en el Barclays Center. Así, los Chicago Bulls se clasifican para la segunda ronda, donde el lunes jugaran el primer partido contra los Miami Heat