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DERECHOS HUMANOS

La vida de una nigeriana, amenazada por tener una hija

Fotografía
Por Carmen Rosa FernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad26-05-2002

Mujer, 35 años y un bebé de cuatro meses fruto de una relación posterior a su divorcio. Esta situación tan normal en los países occidentales puede costarle la vida a Amina Lawal. Esta nigeriana analfabeta y habitante de una pequeña aldea de la región de Katshina, en el estado de Sahia, fue entregada a la policía por sus propios vecinos poco después de dar a luz a su hija.

La ley islámica Sharia, presente en 12 estados nigerianos, hizo el resto. Con un juicio en el que el padre de la niña negó toda relación con Amina y en el que ella no contó con abogado alguno que defendiera sus derechos, la mujer fue condenada a la lapidación. Una asociación de mujeres de Nigeria contrató un letrado para que presentara un recurso de apelación y el caso fuera revisado el 27 de mayo. El mismo día en que condenaron a Amina, el 23 de marzo, era absuelta una compatriota suya, Safiya Hussaini, acusada del mismo supuesto delito. El caso de Safiya copó primeras páginas de los periódicos de todo el mundo e incluso las grandes cumbres internacionales se hicieron eco del asunto. La presión internacional, con 650.000 firmas recogidas sólo en España por Amnistía Internacional, fue entonces el peso condicionante de la balanza y Safiya consiguió salvar su vida. Amina, por el contrario ha sido hasta hace poco tiempo una desconocida debido, según AI, a que el margen este vez ha sido mucho más pequeño y no ha habido tanto tiempo para organizar la campaña. No obstante, el director de AI España, Esteban Beltrán, entregó 60.000 firmas recogidas mayoritariamente por Internet (www.amnistiapornigeria.org) en la embajada de Nigeria. En la puerta de la embajada una joven representó el horror de la muerte que pretenden hacer sufrir a Amina, consistente en enterrarla hasta la cintura, cubrirle la cabeza con un saco y apedrearla hasta la muerte. Amina, sin embargo, ha declarado que ante todo teme por sus padres y su hija si es ejecutada. El Tribunal Superior de Sahia tiene ahora la palabra y desde la lejanía se seguirá luchando para que el Gobierno nigeriano elimine definitivamente la ley islámica de sus dominios y no vuelva a haber Zafias y Aminas nunca más.