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Salud

Un ensayo halla la vacuna contra el alzhéimer en ratones

Por Diego RuizTiempo de lectura3 min
Sociedad17-01-2013

El equipo de investigación de Ramón Cacabelos, del grupo Euroespes ha presentado los resultados de un fármaco experimental para tratar el alzhéimer. Esta enfermedad neurodegenerativa que más afecta del mundo la sufren unas 800.000 personas en España. Según el informe de este grupo de investigación, los resultados de las pruebas con ratones ha sido todo un éxito.

Esta investigación se basa en activar el sistema inmune contra las proteínas beta-amiloides, las cuales se almacenan en el cerebro de los enfermos de alzhéimer, provocando la desconexión neuronal a la cual se atribuyen los principales síntomas de esta enfermedad. Las bases de donde han partido el equipo de Cacabelos han sido de otros ensayos previos, pero consiguiendo mejoras. La novedad de este trabajo se basa en que estas proteínas no se usan directamente para producir la reacción inmune, sino que se envuelven en liposomas (especie de bolsitas de grasa) antes de inyectárselas a los animales. La investigación tiene una ventaja que a la vez es dual; ya que sirve para prevenir la aparición de la enfermedad, y a la vez para frenar los avances de esta como ya se ha demostrado en animales afectados. Según el propio Cacabelos, “este es el gran avance del ensayo”. Aun así, esta idea no es nueva ya que a mediados de la última década hubo un ensayo que se llegó a probar con pacientes, con resultados catastróficos, ya que varios voluntarios fallecieron por meningoencefalitis o por hemorragias cerebrales. A pesar de este desafortunado antecedente, el investigador español descarta que hoy en día se den esos resultados. Y es que estos liposomas alivian la respuesta inmune, evitando que esos daños que produjeron la muerte a esos pacientes, no se hayan producido en los ratones de laboratorio. Otro factor clave en los buenos resultados de la investigación es el envoltorio de estas proteínas, los cuales están compuestos por lípidos similares a los que hay en la cubierta de las neuronas. De esta forma el transporte del antígeno es más fácil y ayuda a que la respuesta se pueda localizar fácilmente. Asimismo, Cacabelos explicó que los problemas de los anteriores ensayos se produjeron por los efectos adversos que no se llegaron a ver en los ratones, por esta razón las hemorragias y la encefalitis se manifestaron en los voluntarios. Según los resultados del prototipo del equipo de investigación, el tratamiento se basaría en varias inyecciones, en diferentes tandas, de esta vacuna que producirían un triple efecto. El primero sería la respuesta inmunológica que elimina las placas de proteína beta-amiloide. La segunda, asegurarse de que no aparezcan casos de meningoencefalitis. Y la tercera asegurándose también que no hay hemorragias cerebrales. El éxito de este proyecto no ha tardado en despegar y es por eso que el producto ya ha sido patentado. De momento, el tratamiento está pendiente de la autorización para probarlo en pacientes con alzhéimer. Aun pendientes de esta confirmación, Cacabelos ha apuntado que su laboratorio estaría preparado en tan solo tres o cuatro meses, asegurando además que en seis u ocho años los trabajos del equipo estarían plenamente terminados. Es verdad que este trabajado publicado por un equipo español es muy esperanzador, pero hay aspectos que los propios autores reconocen que hay que trabajar más. Uno de estos “puntos flojos” es que la prueba se realizó en ratones transgénicos, un aspecto necesario ya que se necesita trabajar con animales que tengan mutaciones que les hagan tener esta enfermedad. Y aquí está la primera limitación; el alzhéimer interviene hasta 200 genes y las combinaciones de estos determinan en el resultado final. Por ello, el mismo Cacabelos ha admitido que la vacuna, tal y como está actualmente, solo podría servir para el 40 o 50 por ciento de las personas enfermas. Según el investigador, este porcentaje es realmente alto comparado con los demás ensayos. Otra de las limitaciones que está publicada en el informe y que admite el equipo de Cacabelos es que este ensayo se limita a medir la formación de placas beta-amiloides, además de la capacidad motora de los animales de laboratorio. Por lo que no se ha examinado la pérdida (o no) de la memoria. En general este avance de la búsqueda de una posible vacuna contra el alzhéimer ha sido recibida por la comunidad científica con desconfianza y escepticismo, ya que muchos de los expertos dudan de la existencia de una posible vacuna.