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KAFKA

La maleta de Kafka en manos de Israel

Por Marta Lobatón GonzálezTiempo de lectura1 min
Cultura17-10-2012

Franz Kafka nunca imaginaría que el propio destino de sus escritos tuviera un espíritu tan kafkiano. Antes de morir enfermo de tuberculosis en 1924, encomendó a su amigo Max Brod la quema de todos los documentos escritos por él guardados en una maleta, orden que Brod desobedeció. En lugar de destruirlos, publicó y editó algunas de esas obras como El proceso, El castillo y América.

Antes de morir en 1968, Brod legó los documentos a su secretaria Esther Hoffe para que ésta destinara los archivos a la Universidad hebreaica de Jerusalén, o a la Biblioteca Municipal de Tel Aviv o a otra institución en Israel o en el extranjero. Sin embargo, Hoffe tampoco quiso obedecer, como hizo Brod en su día. Vivió con la maleta en su poder, y murió dejándola en testamento a sus dos hijas, Eva y Ruth, esta última fallecida hace unos meses. El Tribunal se ha apoyado en el testamento de Brod para dictaminar la sentencia, alegando que su deseo no era regalarlo a Esther Hoffer, sino cedérselo para que ella lo entregara a alguna institución pública. Este largo proceso judicial ya obligó a las Hoffer, hace dos años, a abrir algunas cajas fuertes en Tel Aviv y Suiza que contenían algunos documentos de Kafka, y sólo ellas saben si puede haber más. Debido a la importancia cultural del contenido de la maleta, el proceso judicial ha sido largo y complicado. No solo Israel y Eva Hoffe se disputaban los documentos. Kafka además de ser judío había nacido en el imperio Autro-Húngaro, también tenía algo de alemán, y sus obras estaban escritas en este idioma. Por ello, Alemania ha estado reclamando su derecho a poseer los archivos y conservar el manuscrito original de El proceso, que compró a Esther Hoffe en 1998 por cerca de dos millones de dólares y que Israel reclama alegando una “injusticia histórica”. El Tribunal de Familia de Tel Aviv ya ha hablado, y por ahora Jerusalén podrá abrir la maleta inédita de Kafka casi cien años después. Pero los abogados de Eva Hoffe prometen que recurrirán la sentencia y puede que las disputas no acaben aquí.