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La UE combate el contubernio de países emisores de inmigración y las mafias

Por Teresa TorrecillasTiempo de lectura2 min
España26-04-2002

La raíz de la inmigración está hoy en la configuración del mundo moderno. Es la economía de libre mercado el principal factor que determina el flujo masivo de personas con un único deseo: mejorar la calidad de sus vidas fuera de las fronteras de sus países de origen. La UE quiere combatir la colaboración pasiva entre determinados países y las mafias que trafican con la inmigración.

La inmigración es un tema muy espinoso por la sencilla razón de que nace de la necesidad que permite y sustenta la pervivencia del capitalismo, y al mismo tiempo trae consigo el problema social que supone la adaptación al la coexistencia de distintas culturas y tradiciones. En Europa, la inmigración es una fuente inagotable, barata y flexible de mano de obra necesaria para el desarrollo del sistema económico, basado en la internacionalización y la concentración del capital en los países ricos, manteniendo el subdesarrollo de otras áreas. La inmigración es fuerza de trabajo al servicio de las exigencias del desarrollo de los países industrializados. Para mantener el crecimiento y garantizar el sistema de vida, como por ejemplo las pensiones, la ONU ha advertido que serán necesarios 44 millones de inmigrantes si no se quiere caer en un desequilibrio que arruine la organización del sistema de vida del mundo moderno. Ésta es la verdadera naturaleza de la inmigración; una realidad alimentada por la concentración de la riqueza y de los medios de producción. Un fenómeno que radica en una injusticia ignorada: no luchar ni plantearse eliminar las causas profundas, que están enraizadas en la desigualdad entre los pueblos ricos y los pobres. La inmigración afecta a todos los estados miembros de la Unión Europea, que tienen diferencias sustanciales en la legislación y los derechos de la inmigración. El número de inmigrantes llegados a los países de la Unión es de 816.000, en su mayoría procedentes del Magreb, Turquía, India, África subsahariana y los Balcanes. Además, se han convertido en un negocio. La necesidad de unos de emigrar y la de otros de recibir inmigrantes ha supuesto la proliferación de mafias, unas para los traslados, y otras que juegan con la precariedad y la necesidad de los inmigrantes; desde negocios de economía sumergida hasta trata de blancas. Esta tendencia ha dado pie a una legislación comunitaria que trate estos temas y que pretende ver la luz en tres años. La Unión Europea se ha propuesto sancionar a los países emisores de inmigración que no combaten las mafias que trafican con seres humanos. Los ministros de Justicia e Interior de la UE reunidos en Luxemburgo aprobaron revisar a la baja sus acuerdos de cooperación con esos países que mantienen contubernio con las mafias. El ministrod e interior español, Mariano Rajoy, manifestaba que “No es de recibo el que algunos países miren hacia otro lado cuando barcos con más de mil personas están saliendo de su territorio; por eso deben saber que la no colaboración en la lucha contra la inmigración ilegal va a suponer una consideración distinta por parte de la UE”. La UE pedirá a los países emisores de inmigración que firmen un acuerdo por el que se comprometan a readmitir a los inmigrantes que entren clandestinamente a la UE por vía marítima, una firma que se recompensará en posteriores acuerdos bilaterales.