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TOROS

'El Juli' y Alejandro Talavante, señores de agosto

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos02-09-2012

El mes más taurino del año acaba de rodar sin puntilla. Y lo ha hecho con numerosos debates alrededor del espectáculo taurino. El fin de la celebración de las corridas de toros en San Sebastián y la vuelta de las retransmisiones taurinas a la televisión pública se suman a otras noticias más agradables para los aficionados.

El octavo mes del año apuntaba maneras desde sus primeros compases. El 3 de agosto se anunciaba un mano a mano en Huelva entre los admirados José Tomás y José Antonio Morante de la Puebla, líderes de masas que brindaron a sus partidarios las mieles del toreo artista en estado puro. La tarde resultó especialmente triunfal para el de Galapagar, que abandonó el coso en hombros, mientras Morante, una vez más, tuvo que conformarse con momentos de gran voltaje artístico. La culpa, de los toros, dicen. Los melones tampoco se sortean... Al día siguiente, el 4 del taurinísimo mes de esta piel de uro, Huelva se frotaba los ojos ante otro cartelón: un mano a mano entre Julián López El Juli y José María Manzanares y toros de una de las ganaderías de moda entre las estrellas del firmamento de luces: Núñez del Cuvillo. Resultó que este mano a mano quedó huérfano por la lesión de Manzanares, con problemas serios en los ligamentos de su mano derecha. La baja, sin duda, marcó el devenir de aquel festejo y el de otros muchos para los que se han tenido que buscar sustitutos de quilates. La empresa onubense llamó a Alejandro Talavante, torero que tras renacer de baches pasados, muestra en estos tiempos una madurez en peligro de extinción tanto en los toros como en la vida. El torero extremeño entró en combate con su amigo Julián, y el mano a mano se convirtió en una reivindicación y en una muestra más de que no es bueno que el escalafón tenga un único mandón. Lo de El Juli y Talavante tiene toda la pinta de ser algo más que el sueño de una tarde de verano. Además de calidad, ambos cumplen con una amplia agenda de compromisos. Durante agosto, prácticamente día sí y día no, los dos vestían la taleguilla. Julián tenía una docena de compromisos. Y Alejandro alcanzó los 16, con triunfos sonoros y computables en orejas muchas veces, pero también, en el nivel de torería que han desplegado. En sus casos, si no cambian los aires, podría decirse que la calidad y la cantidad (medida y meditada) son un santo y feliz matrimonio. Por eso El Juli y Talavante bien podrían ser los señores de agosto.