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LONDRES 2012

España se queda a un paso de la final

Por M. Elena Martínez QuesadaTiempo de lectura2 min
Deportes09-08-2012

Las guerreras olímpicas se han quedado a un paso de la que pretendía ser una histórica final. Nuevamente Montenegro se ha topado en el camino español, esta vez en balonmano, y con un ajustado resultado ha fulminado a unas guerreras olímpicas que no supieron reflejar su apodo en un partido que se hizo cuesta arriba. Ahora, sólo queda luchar por la medalla de bronce.

Un Handball Arena expectante acogía con los brazos abiertos una semifinal histórica, un choque al que España llegaba con una emoción insuperable y con grandes expectativas, pero que poco a poco se esfumaron. Tras arrollar a Croacia, las chicas de Jorge Dueñas llegaban decididas a plantar cara a una Montenegro que resultó más rocosa de lo que se creía. Pero las españolas no mostraron ni su mejor cara ni el nivel que acostumbraban, y finalmente perdieron por un ajustado 26-27. Con una fuerza que se fue desinflando, España comenzó la soñada semifinal. Ni un minuto tardó en abrir un encuentro que desde los primeros compases parecía querer hacer suyo. Pero ante ella se encontraba una batalladora Montenegro que no tardó en plantar cara a las españolas, respondiendo con una igualdad constante en el marcador. El choque, que ya desde el comienzo se presumía trepidante, no parecía decantarse para ninguna selección, ya que ambas salieron a por todas. 13 iguales se fueron al descanso tras una primera parte muy igualada y algo descafeinada para el conjunto español. Montenegro parecía no querer rendirse y la necesidad de minimizar pérdidas (11 contó la Selección en la primera mitad) y afinar en la faceta defensiva se hacía objetivo más que obligatorio para las guerreras olímpicas. La final estaba a un paso, y con una Silvia Navarro acertadísima sólo era necesario dar continuidad a la acción española para seguir soñando. Pero, en la reanudación, España seguía sin encontrar su sitio. La necesidad de imprimir velocidad en las acciones y en la circulación de balón se hacía cada vez más evidente, pero las de Jorge Dueñas, dominadas quizás por la emoción o sorprendidas por la respuesta montenegrina, parecían incapaces de resolver un partido ajustadísimo que se hacía cuesta arriba. Con una cara algo distinta a la habitual, parecían complicarse un choque que, poco a poco, se escapaba. A escasos 10 minutos del final, el partido ya se hacía casi imposible. Montenegro se colocaba cuatro arriba y España no encontraba su suerte de cara al gol, estrellando casi todas las intentonas en la madera rival. Mientras tanto, la selección balcánica seguía a lo suyo, y aunque España quiso remontar, ya no pudo hacer nada. Le faltó tiempo, suerte y capacidad de reacción. La selección española de balonmano femenino no hizo un buen partido, y eso le costó la final.