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LONDRES 2012

¡Bienvenidos a Londres 2012!

Por M. Elena Martínez QuesadaTiempo de lectura3 min
Deportes28-07-2012

Comienzan los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Todo está listo para acoger al evento más importante del mundo, a los miles de atletas participantes y a un espectáculo deportivo que durante más de dos semanas impregnará de emoción las calles de Londres y del mundo entero. La ceremonia de inauguración, peculiar y sorprendente, dio el pistoletazo de salida a las trigésimas olimpiadas de la historia.

Con una espectacular cuenta atrás, el corazón olímpico de Londres daba comienzo a las vigesimoséptimas olimpiadas de la era moderna. El Estadio Olímpico de Stratford, convertido en una antiquísima campiña inglesa, se vestía de gala para inaugurar los terceros Juegos Olímpicos de Gran Bretaña. Y con la primera campanada, a cargo del recién campeón del Tour de Francia 2012, el ciclista británico Bradley Wiggins, los Juegos de Londres empezaban a tomar forma. Después de cuatro años de espera, de meses de preparativos y de ensayos sumidos en el máximo secretismo, Londres 2012 comenzaba a hacerse realidad. Con una sensacional puesta en escena y en honor a la cultura e historia británicas, la ceremonia inaugural se convertía en una invitación al mundo entero. Sensacional, peculiar y muy emotiva, no dejó indiferente a nadie. Bajo el nombre de Islas Maravillosas fue una bienvenida puramente británica a la nueva cita olímpica. Dirigida por el aclamado director Danny Boyle, se convirtió desde principio a fin en una película en vivo, una representación multitudinaria de acontecimientos singulares de la historia de Gran Bretaña, y de la historia en general. Desde la representación del mundo rural con tintes de campiña inglesa, hasta la revolución industrial, el movimiento sufragista, los movimientos migratorios, el recuerdo a los caídos… el Estadio Olímpico se convirtió en un teatro con vida propia. Y sobre el cielo de la ciudad moderna construida en Stratford, los aros olímpicos iluminaron la imborrable escena, uno de ellos elaborado en una de las fundiciones reconstruidas en esa ciudad. Su candente desaparición, como fina lluvia sobre el Estadio Olímpico, dejó boquiabiertos a los 80.000 asistentes que seguían muy de cerca la ceremonia, y otros tantos que compartían la inauguración en otras zonas de la ciudad anfitriona mediante la retransmisión en pantallas gigantes. En ella no faltó, por encima de los acontecimientos históricos, la referencia a la cultura británica en todos sus ámbitos: literatura, música, cinematografía y televisión, así como una mención especial a internet y a su creador Sir Tin Berners-Lee. This is for everyone podía leerse en el centro del Estadio Olímpico de Stratford tras la actuación, una cita que también quiso emplear su director para presentar y acercar a todos los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Muchas caras conocidas también formaron parte activa del evento. Entre ellos, el personaje James Bond, encargado de recoger en sus aposentos a la Reina Isabel II, que aparecería en el estadio en helicóptero, o el reconocido actor inglés, Rowan Atkinson, Mr. Bean, que se infiltró entre la banda de música y protagonizó una de las secuencias de la histórica película Carros de Fuego, sin duda uno de los tintes más cómicos de la ceremonia inaugural, puro humor británico. Y junto a la sorprendente puesta en escena de Boyle y su recreación histórica, los actos protocolarios también tuvieron una emotividad máxima. El himno británico, God Save The Queen, interpretado por niños con problemas de audición, y el desfile de los atletas de los 204 países participantes, pusieron el broche de oro a una ceremonia marcada por el historicismo y la cultura británica, así como por los homenajes a los grandes nombres del país bajo un mundo de luz y fantasía. Después de los discursos y juramentos protocolarios, llegó el momento más esperado: la entrada de la bandera y la llegada de David Beckham, en lancha por el Río Támesis, con la llama olímpica. Relevada por siete jóvenes atletas y ambientada con la voz de Paul McCartney, la antorcha llegó al centro del Estadio Olímpico, a un pebetero convertido en flor que al cerrarse unió una impresionante llama olímpica, esa que permanecerá más viva que nunca durante los Juegos de Londres 2012.