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BANCA

El riesgo de los productos financieros, clasificado por colores

Por Raquel González Tiempo de lectura1 min
Economía20-06-2012

Rojo para un riesgo alto, amarillo para un riesgo medio y verde para un riesgo bajo. Este es el código de colores, calificado como “sencillo e intuitivo”, que la Defensora del Pueblo ha solicitado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y al Banco de España, con el objetivo de clasificar los productos financieros por su riesgo y complejidad para que los inversores estén informados sobre la peligrosidad del producto.

Numerosos inversores minoristas han denunciado las prácticas de ventas, por parte de los bancos y cajas, de participaciones preferentes (que cuentan con alto riesgo) como depósitos y de deuda subordinada, carentes de la oportuna información requerida para estos instrumentos financieros. Erradicar estas y otras prácticas abusivas de los productos complejos de alto riesgo es el principal objetivo de María Luisa Cava de Llano, la Defensa del Pueblo, quien ha solicitado ante la CNMV y el Banco de España establecer un sistema “sencillo e intuitivo” ante los distintos niveles de riesgos de dichos productos. Para la Defensora del Pueblo, el sistema más efectivo para que los inversores estén protegidos ante la adquisición de instrumentos financieros adecuados, sería la asignación de un código de colores similar al que utilizan los semáforos, de modo que el rojo indicaría un riesgo alto, el amarillo un riesgo medio, mientras que el color verde mostraría un bajo nivel. Esta propuesta conllevaría a que las entidades comercializadores elaborasen una ficha informativa de los productos previa a su distribución, al igual que la creación de un contrato de intermediación en la compraventa de los productos financieros, donde se incluiría, en la parte superior de la zona reservada a la firma del inversor, la peligrosidad del producto, mediante el código de colores. La institución de Cava de Llano critica que “la práctica ha demostrado que los deseables parámetros de claridad y transparencia que deben presidir las relaciones entre las entidades y sus clientes no siempre se dan” y recuerda que, en Bélgica, Portugal y Reino Unido, los supervisores financieros están tramitando de la mano de la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA) un método de clasificación que permita a los inversores ser alertados ante los productos financieros peligrosos de su propiedad.