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ELECCIONES FRANCIA

Holland se interpone entre el eje Merkel-Sarkozy

Por David López MarchTiempo de lectura3 min
Internacional06-05-2012

Hollande se ha convertido en el segundo presidente no conservador, tras François Mitterrand, durante la quinta República Francesa, instaurada en 1958. La llegada al poder de los socialistas en Francia supone un cambio en las líneas de actuación políticas europeas, marcadas por una rigurosa austeridad. La alemana Angela Merkel se queda a partir de ahora sin Sarkozy, el que era su principal aliado en la UE. Sin embargo, Merkel se ha comprometido a mantener con él una "estrecha colaboración" para resolver la crisis.

La victoria de Hollande ha supuesto el retorno de los socialistas al Elíseo tras 17 años de gobiernos conservadores. La Unión Europa ha mirado con atención a Francia para saber, en función del ganador, el rumbo que iba a tomar el país. A partir de ahora, la canciller alemana Ángela Merkel pierde a su principal aliado, Nicolas Sarkozy, pero se ha comprometido a mantener una “estrecha colaboración” con el socialista para sacar adelante Europa. Aún así tendrán que limar asperezas porque Hollande ha sido el primer político europeo en rehusar el plan de salvación propuesto por Bruselas y se ha referido a los acuerdos de la UE diciendo que "no se puede aceptar que la austeridad sea la regla durante 10 años". El próximo presidente francés ha mostrado su intención de discutir la reforma del tratado presupuestario aprobado el pasado marzo mediante el compromiso alcanzado por los países de la UE. Lo que propone el galo es añadir "un paquete de crecimiento, actividad, empleo, de investigación y de innovación". Ha indicado también que tiene que existir una política en favor del crecimiento y ha insistido en que lo que decida Francia contará para la dirección de Europa. Francia se ha de enfrentar a un crecimiento escaso y un desempleo del 10 por ciento, un creciente déficit comercial y unos grandes gastos estatales que presionan las finanzas públicas. Sarkozy se ha convertido en el presidente más impopular de los últimos 60 años al haber absorbido muchas de las ideas del Frente Nacional cuyo partido hubo obtenido su mejor resultado histórico con un 17,9 por ciento de los votos durante la primera vuelta. A sabiendas de su desventaja, el presidente galo ha concentrado sus últimos esfuerzos en recabar apoyos de la ultraderecha francesa después de haberse convertido en el primer presidente de la quinta República que no gana la primera ronda en su intento de reelección. La gestión que el gobierno ha resuelto frente a la crisis no parece haber cuajado en la opinión francesa. Parece ser que las medidas tomadas por su gobierno, tales como el proteccionismo, mayor atención en las fronteras e inmigración no han sido suficientes para evitar el cambio de poder. Francia es a día de hoy el tercer inversor en España con más de 1800 filiales que generan más de 285.000 puestos de trabajo (en 2009 eran más de 300.000). Hay más de 1.900 empresas españolas en Francia que crean más de 64.000 empleos. Ya en 2009 la Cámara de Comercio Franco-Española había reconocido que “por culpa de la crisis económica, las empresas francesas se decantan cada vez menos por España”. Sin embargo, en 2011, Francia fue el primer cliente y el segundo proveedor de España, y España fue el tercer cliente y el quinto proveedor de Francia. Los intercambios entre ambos países representan más de 50.000 millones de euros, según un estudio de la Embajada francesa en Madrid. Los bancos franceses son el segundo acreedor de España (después de los propios bancos españoles) y los primeros poseedores de deuda pública española. El embajador francés en Madrid, Bruno Delaye, ha dicho esta semana en un comunicado que “Francia sabe que puede trabajar con España en la promoción de una integración económica equilibrada y solidaria (…) para emprender con éxito las siguientes etapas de una mejor gobernanza de la zona euro, y eso es lo esencial, crear empleo y crecimiento”.