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NOVEDADES LITERARIAS

Personas anónimas con un objetivo: ayudar a los demás

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Cultura01-05-2012

Cuando el espectador ve en las noticias el rostro del hambre, de la injusticia, de la pobreza y de la cruel sociedad en la que vive, el egoísmo queda nublado por un sentimiento de ayuda al prójimo. O al menos es lo que Rostros de gratuidad quiere fomentar. A través de 13 historias, con más de un centenar de entrevistas y testimonios, el periodista Ignacio Santa María recuerda que en los numerosos proyectos sociales de la Compañía de las Obras hay signos de esperanza.

Cuando el espectador ve en las noticias el rostro del hambre, de la injusticia, de la pobreza y de la cruel sociedad en la que vive, el egoísmo queda nublado por un sentimiento de ayuda al prójimo. O al menos es lo que Rostros de gratuidad quiere fomentar. A través de 13 historias, con más de un centenar de entrevistas y testimonios, el periodista Ignacio Santa María recuerda que en los numerosos proyectos sociales de la Compañía de las Obras hay signos de esperanza. ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia? Rostros de gratuidad ofrece las herramientas básicas para plantearse estas preguntas y recuerda que la Iglesia se vuelca con los pobres, con los que están perdidos en la vida, sobre todo en estos tiempos de desesperanza. La historia de Jonathan Landry se repite una y otra vez. Un ejecutivo agobiado por su trabajo, demasiado tiempo empleado en la oficina que ha destrozado su matrimonio y le ha distanciado de su hijo. En Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari, Robin S. Sharma relata cómo se curará de todo mal interior en el Himalaya gracias a la ayuda de su tío monje. En Los padecientes, la búsqueda de la búsqueda de la verdad se convertirá en toda una obsesión para Pablo, una novela basada en el psicoanálisis, donde el autor, Gabriel Rolón, analiza una turbulenta historia de amor que le convierte en un hombre taciturno y solitario. Pero a veces de una experiencia negativa puede surgir la creatividad. Y Enrique Vila-Matas lo tiene claro. “No hay nadie que no fracase”. La cuestión es saber levantarse. El barcelonés ahonda en Aire de Dylan en la derrota a través de la crítica al postmodernismo. ¿Qué es mejor, encogerse de hombros y esperar, o moverse para encontrar lo que uno quiere? El autor presenta la vida como un gran teatro. Se abre el telón. ¡Disfruten!