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TOROS

Manzanares, triunfador de una nostálgica Feria de Abril

Por Almudena HernándezTiempo de lectura3 min
Espectáculos30-04-2012

A los españoles nos gusta rememorar los tiempos pasados. Y ahí estaba la celebración del aniversario del indulto de Arrojado, el toro de Núñez del Cuvillo que José María Manzanares lidió el año pasado en una Real Maestranza enloquecida ante el acontecimiento. Aquello pasó a la historia, y este 2012 la Feria de Abril era la del año después. Nuevamente el protagonista ha sido Manzanares.

Ya avisó Manzanares cortando una orejita el Domingo de Resurrección en Sevilla a un juampedro. Corría el 8 de abril y la ciudad hispalense olía a feria. El ciclo arrancó el poco taurino viernes 13 de abril, con una entonada novillada de Fuente Ymbro en la que tocaron pelo Fernando Adrián y Gonzalo Caballero. Hubo que esperar al mexicano Joselito Adame el día 16, que gustó con un toreo alegre y al alza en estos tiempos de inestabilidad en la Bolsa del toreo (hasta El Juli había sido expulsado del Ibex 35 del Guadalquivir). El azteca cortó una oreja de peso a un ejemplar del Conde de la Maza que debería abrirle más plazas en la temporada española. Subió la nota media el 18, con la corrida de Fuente Ymbro en la que gustaron Antonio Nazaré y Esaú Fernández. Ambos fueron premiados con un trofeo. Después hubo trabajo en la zona de los corrales maestrantes antes de la Puerta del Príncipe de Manzanares, para que no se diga que hay paro. Los revisteros, al menos, tuvieron labor. Cuando un torero triunfa a lo grande, las letras se vuelven literatura, con más o menos brillantez y más o menos cursilería. Lo que no se puede obviar es que este año de Arrojado +1 ha sido también de Jose María Manzanares. El torero aprovechó lo que podía ofrecerle el material de Victoriano del Río y volvió a meterse al público en el bolsillo de la chaquetilla. Sumó cuatro orejas y de nuevo divisó la noche sevillana en hombros. Su cuadrilla, aún vestida de plata, también se vende tan cara como si fuese áurea. También quiso el éxito para sí Alejandro Talavante, que hubo de conformarse con una oreja y emplazar al triunfador del festejo para otra ocasión. No coincidieron los astros, ni las musas, ni la categoría ganadera y lidiadora en las comparecencias posteriores, salvo excepciones, claro. Y cuando hubo toros no hubo toreros, simbólicamente hablando. Hasta Morante defraudó en su Sevilla. Quizás por todo ello se apagaron los tendidos que no pidieron las orejas con fuerza a Iván Fandiño el día 24. El torero norteño se acarteló en un mano a mano con David Mora con los famosos toros de Victorino Martín y sumó una oreja y dos vueltas al ruedo. El respetable no anduvo ágil sacando el moquero cuando la presidencia hizo el recuento. No pudo vengar su rabia Talavante en la cita del día 25 con el encierro de Jandilla, aunque el extremeño fue el triunfador de la terna. La grandeza de Sebastián Castella y Manuel Jesús El Cid andan perdidas últimamente. Como perdida parece estar la majeza artística de Morante a su paso por Sevilla. López Simón, que tomó la alternativa el 26 de abril de manos del de la Puebla y en presencia de Manzanares, fue el único que tocó pelo. Cortó una oreja a un ejemplar de Núñez del Cuvillo y no pudo lidiar a su segundo oponente al resultar cogido por el toro del doctorado. También sumó una oreja a su prometedor esportón David Mora el 27, con la corrida de El Pilar. Y otra de un Torrestrella, bajo el diluvio, un entonado Fandi al día siguiente. Diego Ventura, con dos orejas, Rui Fernandes y Noelia Mota, con un trofeo cada uno, fueron los nombres destacados del festejo de rejones del día 28, con reses de Fermín Bohórquez. Y por la tarde, se apagaron los particulares farolillos maestrantes con la miurada. Una vuelta al ruedo de Rafael Rubio Rafaelillo fue lo más sobresaliente de una tarde en la que en Sevilla se recordaban tiempos pretéritos con olor a manzana en el aniversario de lo de Arrojado. Pura nostalgia.