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ELECCIONES VASCAS

El País Vasco se sumerge en un clima de crispación ante el 13-M

Por Beatriz de Lucas LuengoTiempo de lectura2 min
España24-03-2001

Las fuerzas políticas temen una escalada de violencia en el País Vasco y los ciudadanos se debaten entre el hartazgo y el temor tras el asesinato de Froilán Elespe. Mientras populares y socialistas hacen piña para proteger a sus concejales, los nacionalistas intentan silenciar a sus miembros más críticos.

La reacción ciudadana al asesinato del teniente de alcalde de Lasarte, Froilán Elespe, el pasado miércoles, ha dejado patente el abismo que divide a la sociedad vasca. Los que se sienten amenazados por no comulgar con el ideario nacionalista están hartos. No en balde, las últimas pintadas con las que amanecía Lasarte situaban a Otegi -portavoz de EH- y a sus conocidos, en el centro de la diana y un "grupo de españoles indignados" saboteaba la página de Internet del diario Gara. Socialistas y populares han decidido reforzar la seguridad de sus concejales, principales objetivos de la banda terrorista. Las medidas de protección fueron acordadas en la reunión de la comisión del Pacto por las libertades y contra el terrorismo, celebrada el pasado viernes, donde el Gobierno se comprometió con el Partido Socialista a proteger al 50 por ciento de sus concejales, una tarea para la que esa formación no tiene fondos suficientes. Mientras tanto, los grupos nacionalistas acallan, como pueden, a sus miembros más críticos. Si Joseba Aguirre -parlamentario del Partido Nacionalista Vasco (PNV) desde 1987- se despedía de su carrera política con un rotundo "el PNV lleva mucho tiempo dándose prórrogas", su compañero de formación Iñaki Anasagasti señalaba, escuetamente, que Eguirre "es una persona crítica con algunas posturas, pero no con el PNV". Algo parecido ocurre en el seno de EH, donde la sección crítica Aralar, impulsada por Patxi Zabaleta, ha exigido a la Mesa Nacional que se comprometa a acudir al Parlamento en la nueva legislatura. El sector duro del partido ha argumentado que Aralar quiere presentarse por su cuenta a las elecciones. En Pamplona han aparecido pintadas en las que se advierte a Zabaleta de "no traiciones, no escisiones". El clima tan enrarecido puede ser una de las causas explicativas de que los sondeos sobre intención de voto indiquen que un 34 por ciento de los vascos tiene miedo de expresar sus tendencias políticas.