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FRANCIA

Récord de candidaturas a la Presidencia francesa

Por David HurtadoTiempo de lectura2 min
Internacional04-04-2002

Un amplio abanico se abre ante el electorado francés para decidir quién será el próximo presidente de la República. Desde la ultraderecha de Le Pen a los candidatos comunistas y trostkistas, la gran mayoría de los colores políticos se encuentran representados.

La carrera ha comenzado y 16 son los candidatos que participan por llevarse un único premio, la Presidencia de Francia. Los próximos días 21 de abril y 5 de mayo, fechas de la primera y la segunda vuelta, los franceses decidirán entre la más amplia competencia quién será el jefe del Estado francés los próximos años. Las posibilidades son amplias, aunque los sondeos indican que la pugna se centrará entre el conservador -y actual presidente- Jacques Chirac y el socialista -y primer ministro- Lionel Jospin. A estos favoritos tratarán de hacer sombra el resto de aspirantes. El último en incorporarse fue el ultraderechista Jean Marie Le Pen, al que acompaña una lista compuesta por otro representante de la extrema derecha, otros tres conservadores, el republicano-soberanista Jean Pierre Chevènement, un ecologista, tres trostkistas y un comunista. Además habrá varios candidatos de corte más extravagante que representan temas concretos como Jean Saint-Josse, que se presenta por los cazadores. Esta fragmentación parece que va a ser anecdótica, ya que según los sondeos los votos van a estar muy repartidos. Así informa el diario Liberation, donde se manifiesta que Jospin y Chirac conseguirán en la primera vuelta un 21 por ciento de los sufragios cada uno. Durante la semana pasada, las pugnas entre los dos máximos candidatos se han centrado en la política exterior y en la economía francesa. Jospin proponía el envío a Oriente Próximo de "una fuerza de interposición internacional" y Chirac calificó la idea de poco original. El candidato socialista también acusó a Jacques Chirac de llevar a cabo un doble juego en la política económica. El presidente saliente -que en la Cumbre de Barcelona se comprometió, junto con el resto de la Unión Europea, a alcanzar "una situación presupuestaria próxima al equilibrio" en el año 2004- manifestó que ese objetivo "no es imperativo" y que "no hay ningún calendario" fijo. Chirac trataba así de justificar las bajadas de impuestos que tiene previstas en su programa y que impedirían alcanzar el equilibrio de las cuentas francesas en 2004.