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EGIPTO

Crisis política egipcia tras la masacre en un estadio de fútbol

Por Alberto Carretero AguadoTiempo de lectura1 min
Internacional02-02-2012

En sesión extraordinaria, el primer ministro egipcio, Kamal el Ganzouri, ha comunicado al Parlamento que el Ejecutivo ha aceptado la dimisión del gobernador de Port Said, Mohamed Abdulá. Han sido cesados todos los miembros de la Junta Directiva de la Federación de Fútbol egipcia, que decidió anular todos los encuentros de la jornada a posteriori, pero que sabía de antemano sobre la conflictividad del partido entre los equipos El Ahly y El Masry. Los dos mandos policiales que estaban cubriendo el partido también han sido cesados. Los incidentes han dejado más de 74 muertos y un millar de heridos.

Abdel Meguid Mahmoud, fiscal general de Egipto, ha dado la orden de interrogar este jueves a los 51 detenidos por los indicios de vinculación con los enfrentamientos violentos que tuvieron lugar el miércoles en Port Said. El fiscal ha inspeccionado el estadio y ha pedido a los ciudadanos que tengan imágenes de los hechos que los envíen a la Fiscalía General para aclarar la situación. El Ministerio de Sanidad egipcio ha anunciado que después de los incidentes del partido se han registrado más de 200 heridos en el centro de El Cairo, debido a los enfrentamientos entre aficionados de El Ahly y las fuerzas de seguridad. Hisham Shiha, subsecretario de este departamento, ha puntualizado que 40 de los heridos fueron ingresados en hospitales y los demás fueron atendidos en el lugar. Los ciudadanos y legisladores egipcios han culpado al gobierno militar por los sangrientos disturbios que estaban siguiendo el partido y desataron su furia por la inacción de la policía en el momento en el que el estrecho pasillo estrecho de salida del estadio se convirtió en un punto negro. La violencia estalló en el estadio de Port Said cuando algunos fanáticos de El Masry se lanzaron al campo después de una inesperada victoria por 3-1 sobre El Ahly. El origen de las protestas posteriores fue una marcha pacífica desde la sede de El Ahly hasta una zona a las afueras del ministerio, cerca de la plaza Tahrir, que el año pasado fue núcleo de la rebelión que derrocó a Mubarak. La protesta empezó a complicarse con acciones violentas y duras represiones policiales que acabaron en una batalla campal entre agentes y manifestantes, que se saldó finalmente con más de 74 muertos y una situación de importante crisis política.