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ETA

ETA deja un rastro de más de 800 víctimas mortales

Por Rafael GarcíaTiempo de lectura3 min
España23-10-2011

España ha vivido un acontecimiento importante en su historia: el cese de la actividad armada de ETA. Con el comunicado que emitieron el día 20 de octubre se pone fin a poco más de 50 años de la banda terrorista que ha dejado la cifra de 829 víctimas, según el ministerio de Interior o de 858, según las asociaciones de víctimas.

Desde su fundación, la banda ha matado a miembros de las Fuerzas de Seguridad, empresarios, políticos, miembros judiciales, personas vinculadas a instituciones penitenciarias y periodistas. La banda cometió su primer atentado reconocido el 7 de junio de 1968, matando al Guardia Civil José Ángel Pardines Arcay. En total, ETA ha matado a 829 víctimas, según datos del ministerio de Interior o a 858, según las cifras que manejan las asociaciones de víctimas La banda terrorista dio sus primeros pasos dentro del Partido Nacionalista Vasco (PNV), bajo el nombre de EKIN, un grupo de pensamiento que surgió en 1958 y que en mayo de ese mismo año se separo del partido y se reconoce como un grupo que busca la identidad vasca a través de una revolución socialistas de corte marxista-leninista. Desde ese momento busca otro nombre distinto entre ATA o ETA, decantándose por este último y cuyas siglas significan en vasco Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi por la libertad en castellano). Sus dirigentes en aquel momento eran Julen Madariaga y Eustakio Mendizabal, que fueron los primeros ideólogos de la banda terrorista. Este último era el más activo de los dos y murió en 1973 en un enfrentamiento con la Guardia Civil junto a tres terroristas más. En la década de los 60 comienzan las primeras acciones de la banda, como el intento de descarrilamiento de un tren, la quema de una bandera nacional en la Diputación de Guipuzcoa o el chantaje a comerciantes y empresarios (el llamado “impuesto revolucionario”). Diez años después de su fundación comienza con su actividad más violenta a base de colocar bombas en cuarteles de la Guardia Civil, pasando por monumentos a los Caídos hasta atentar contra un medio de comunicación El Correo Español. En este mismo año también se registran las dos primeras víctimas: un Guardia Civil, Juan Jose Pardinas, y un comisario de policía, Meliton Manzanas. Los años 70 son una época de confusión dentro de la banda debido al Proceso de Burgos, en el que se juzgó a 11 personas que condenaron a muerte por el asesinato del comisario Manzanas, y surgió el debate de seguir con la lucha armada, pero la muerte de Mendizabal inclinó la balanza a favor del derramamiento de sangre y en el 73 efectúan el asesinato de Carrero Blanco. En esta década ETA decide tomar dos caminos: el político, aunque siguen con atentados “menores”, y el criminal. ETA no sólo se dedicó a los atentados y asesinatos, también secuestró a gente inocente que los utilizó para chantajear al Gobierno. Los más destacados fueron el de Miguel Angel Blanco, un diputado del PP en Ermua, al que posteriormente asesinó el terrorista García Gaztelu “Txapote”, y el de José Antonio Ortega Lara, ocurrido en 1996 y que estuvo cautivo en un zulo durante 532 días. En los posteriores años la actividad de la ETA criminal se redujo a la tregua y posterior ruptura de esta con atentados como el del parking de la T4 del aeropuerto de Barajas. No fue hasta finales de 2010 cuando decidió un alto el fuego permanente y verificable. Por otro lado, la banda terrorista ha intentado tener representación política en la izquierda abertzale a través de la creación de partidos tales como Batasuna, ya ilegalizada y al mando de Arnaldo Otegui, Aralar y Amaiur, que no tuvieron mucho éxito, o Bildu, que está legalizado y gobierna en el ayuntamiento de Guipuzcoa actualmente.