Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ORIENTE PRÓXIMO

Arafat se atrinchera tras el asalto a la sede de la ANP

Por Txema GarcíaTiempo de lectura2 min
Internacional31-03-2002

Tropas israelíes asaltaron el pasado sábado el complejo residencial del líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, situado en Ramala. Más de 70 carros de combate, junto con paracaidistas, fuerzas especiales e ingenieros del Ejército de Israel participaron en la operación.

Al cierre de esta edición soldados de Israel y miembros de la guardia personal de Arafat mantenían enfrentamientos en el cuartel general de la ANP, conocido como Maqata, después de que los israelíes penetraran en el edificio en el que el líder palestino lleva encerrado los tres últimos meses, según informó la televisión qatarí Al Yazira. Fuentes israelíes desmintieron esta información. Tras el asalto israelí, en el que los blindados bombardearon el complejo, la maquinaria acorazada embistió las paredes, las excavadoras arremetieron contra el edificio principal y tropas especiales tomaron el inmueble, Arafat y sus colaboradores más cercanos se atrincheraron en algunas dependencias del complejo. El presidente de la ANP se puso en contacto con varios líderes internacionales a los que pidió ayuda. Arafat también concedió varias entrevistas. “Me quieren preso, exiliado o muerto, pero yo les digo que prefiero ser un mártir”, declaró a Al Yazira. El número de víctimas que provocó el asalto no se conoce con certeza aunque está confirmado que cinco palestinos y dos militares israelíes perdieron la vida. Del mismo modo, según informó la televisión qatarí, soldados israelíes "ejecutaron" a cinco policías palestinos de los Servicios de Seguridad Preventiva a los que tenían cercados en un edificio de Ramala. El líder de la ANP quedó completamente aislado después de que las tropas israelíes volaran el generador eléctrico, cortaran la luz, el agua, el teléfono, y se agotasen las baterías de los portátiles con los que se comunicaba Arafat. El impacto provocado por esta acción israelí sin precedentes fue enorme. El Gobierno de Egipto tildó la ofensiva hebrea como “una declaración de guerra”. El Ejecutivo de Líbano declaró que la operación “no se trata sólo de una agresión contra Arafat, sino que va contra el plan de paz asumido por los árabes” y añadió que “Sharon no quiere ver a los árabes hablar de paz. Su Gobierno, como él mismo, es un Gobierno de guerra, no de paz”. En una línea muy alejada de la postura de los países árabes, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró que Yasir Arafat "puede hacer mucho más para que termine el terrorismo" y pidió a Ariel Sharon que "encuentre un camino hacia la paz". El asedio de Ramala forma parte de una ofensiva más amplia emprendida por el Ejército israelí en la que carros de combate entraron en Hebrón, Beit Yala, en el norte de la franja de Gaza y en Tal al-Sultan, al sur. El ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben Eliezer, aseguró que la operación contra grupos armados palestinos "no tendrá límites geográficos". El hecho que detonó la actuación de Israel fue el atentado que el pasado miércoles causó la muerte de 19 israelíes cuando un terrorista suicida se voló a sí mismo en el comedor de un hotel de Netania, al norte de Tel Aviv, cuando los asistentes celebraban la Pascua judía.