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CULTURA

La Academia de Bellas Artes se opone a las futuras obras de la catedral de Ávila

Por Lola OcañaTiempo de lectura1 min
Cultura25-03-2002

Ramón González de Amezúa, director de la Academia de Bellas Artes, ha afirmado que estas obras son ”absurdas e inadecuadas”, entre otros motivos expone el hecho de que éstas no se encuentran entre las necesidades de la basílica mayor de Ávila que se marcaron en el plan director de la catedral.

Las obras se paralizaron por orden de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno en noviembre del año 1999, poco tiempo después de que éstas se iniciaran. Entonces fue multado el Obispado de Ávila con de 3.000 euros, correctivo que Patrimonio retiró poco después. Tras dos años, las obras de la capilla del presbiterio han vuelto a comenzar con un proyecto distinto del inicial. En el primero, se pretendía trasladar las lápidas de los prelados fallecidos que se encontraban enterrados en el subsuelo, sin embargo, el proyecto actual dejará los enterramientos cubiertos con una estructura de madera que podrá elevarse para observar las lápidas y el pavimento original, aunque también se cuenta con que se suprima el forjado metálico y el hormigonado que se llevó a cabo con anterioridad. El director de la academia de San Fernando, Ramón González de Amezúa, ha recordado la postura contraria de la Real Academia desde que comenzaron las obras, además criticó a la Junta de Castilla y León por dar el visto bueno a la futura configuración del presbiterio, ya que según González Amezúa, este nuevo proyecto no respeta la Ley de Patrimonio. Por otra parte, González Amezúa ha manifestado que tras la reforma la capilla del presbiterio de la catedral quedará elevada al mismo nivel que la capilla mayor, donde habrá una cátedra episcopal y sitiales de piedra bajo el retablo mayor y donde predominará el granito. La otra parte en discordia, el Obispado de Ávila, se encuentra "plenamente satisfecho del proyecto que se está llevando a cabo" porque, según el portavoz del Obispado, Pablo Martín, "cubre las necesidades de la reforma litúrgica de la Iglesia, a la vez que guarda el respeto debido al patrimonio, protegido por ley, y en todo momento salvaguardado".