HAMBRUNA EN ÁFRICA
Un mundo enfermo de África
Por J. F. Lamata2 min
Sociedad28-07-2011
Nada ha cambiado en la proporción entre los llamados países ricos y los países pobres. El continente africano, en especial en la zona del África negra, continúan en un estado alarmante sin que las ayudas que reciben de occidente alberguen esperanzas de revertir la situación.
En el año 2005 se hizo público el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD) donde se cifraban los países más pobres del mundo. A excepción de la caribeña Haití, que ya antes de la catástrofe del terremoto contaba con ser el país más pobre del lugar, el resto de países en tal triste honor eran todos africanos: Mozambique: Con una esperanza de vida al nacer de 42,8 años. Índice de alfabetización en adultos del 38,7% y un PIB per cápita de 1.242 dólares. Mali: Esperanza de vida al nacer de 53,1 años. Índice de alfabetización en adultos del 24% y un PIB per cápita de 1.330 dólares. Níger: Esperanza de vida al nacer de 55,8 años. Índice de alfabetización en adultos del 28,7% y un PIB per cápita de 781 dólares. Guinea-Bissau: Esperanza de vida al nacer de 45,8 años. Índice de alfabetización en adultos del 44.8% y PIB per cápita de 827 dólares. Burkina Faso: Esperanza de vida al nacer de 51,4 años. Índice de alfabetización en adultos del 23.6% y PIB per cápita de 1.213 dólares. Sierra Leona: Esperanza de vida al nacer de 41,8 años. Índice de alfabetización en adultos del 34.6% y PIB per cápita de 806 dólares. Seis años después, en ninguno de estos países se ha detectado un especial cambio. En algunos, la situación de pobreza debe compatibilizarse con una situación de caos total, ese es el caso de Somalia. Desde que en 1991 cayera la dictadura comunista de Siad Barre no ha habido un Gobierno reconocible, el país se encuentra troceado en infinidad de zonas y regímenes, desde los que intentan dar una imagen occidental, hasta los que erigen regímenes ultra-islámicos. Las costas somalíes se han convertido, además, en auténtico territorio pirata, se calcula en cientos las embarcaciones piratas con base en costas de Somalia desde donde parten para sus pillajes. Actuación de las ONG Aunque son muchos los que piensan en las ONG como una posibilidad de aliviar la situación en África, también son cada vez más los que cuestionan que de verdad la ayuda de estas organizaciones sea efectiva a grandes rasgos. No tanto porque entre las ONG haya alguna deshonesta, sino porque entre las que sí lo son se calcula que el 72% de los gastos de las ONG se va en gastos de gestión, equipación y representación (libros como El Buen Samaritano, de la editorial Anagrama, denuncian el negocio de las ONG). Tampoco faltan periodistas y columnistas que denuncian cómo distintas personas ven en las ONG un instrumento de colonialismo ideológico, y que aseguran que del dinero que llega, que es muy poco del que se ha dado inicialmente, queda todo en manos de los sátrapas locales sin haber mecanismos reales de distribución. Las misiones católicas son de las pocas instituciones donde el dinero llega íntegramente a su destino, y aun así corren muchos riesgos de que caiga en manos de patrullas armadas que pretendan saquearla.