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COPA DEL REY

El 'santo' Cristiano devuelve la gloria al Real Madrid

Fotografía Los jugadores levantan a Mourinho tras la consecución del título (FOTO: Real Madrid)

Los jugadores levantan a Mourinho tras la consecución del título (FOTO: Real Madrid)

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Deportes20-04-2011

Era miércoles de Semanta Santa. Así que sólo cabía esperar un largo sufrimiento antes de alcanzar la gloria. Los dos equipos sabían que les esperaba un duro trance antes de levantar la Copa del Rey. Y así fue. Hicieron falta 120 minutos, incluida prórroga, para que el Real Madrid se alzara con el título y regresara a la gloria tras 18 años de fracasos en esta competición.

Toda gesta tiene su protagonista, un héroe, el santo que obra el milagro. Cristiano Ronaldo fue ese hombre en el comienzo de la Semana Santa, que para los jugadores del Real Madrid puede ser de resurección. Llegaban temerosos a los cuatro enfrentamientos contra el Barcelona que ha deparado de forma caprichosa este mes de abril. Los merengues empataron el primer duelo en el Bernabéu y ahora vencen al eterno rival en la final de la Copa del Rey. El portero Íker Casillas reconoció al final del encuentro que ahora "todo cambia". La situación deportiva y anímica da un giro de 180 grados con el título conseguido. Les regala una dosis extra de motivación y de tranquilidad ante las semifinales de la Liga de Campeones, en la que ambos conjuntos tienen un reto mucho mayor. Pero esa será otra batalla. Buena disposición táctica La final comenzó con un espectacular despliegue táctico del Real Madrid. El portugués José Mourinho inventó una tela de araña para frenar el centro del campo del Barcelona: cuatro defensas, Xavi Alonso de pivote, otros cuatro centrocampistas liderados por Pepe y Khedira, y Cristiano Ronaldo como único delantero. La primera parte fue claramente de los blancos. Defendían bien, robaban rápido y salían a la contra con peligro. Así fue como Ronaldo se plantó delante de Pinto en una gran ocasión de gol que evitó el portero blaugrana. También fue así como Pepe estrelló un balón en el palo en la ocasión más clara de los blancos, justo al borde del descanso. Todo cambió en la segunda parte. El Barcelona aprendió la lección y comenzó a mover la pelota más rápido. El rival desajustó las líneas y empezaron a caer las oportunidades de los catalabes. Incluso, Pedro marcó un gol que fue anulado justamente por fuera de juego. Pero la alegría le duró poco a Pep Guardiola. Los últimos diez minutos volvieron a ser para el Real Madrid. Cuando todo parecía condenado a la prórroga, Di María envió el balón a la escuadra con un lanzamiento desde fuera del área. Pero Pinto evitó el gol. Parecía un espejismo tras una mala segunda parte del Real Madrid pero, en realidad, fue la prueba de que los merengues llegaban más fuertes a la prórroga. No tardó mucho en confirmarse. El Barça apenas llegó al área rival en los 30 minutos de prolongación. En cambio, el equipo de Mourinho gozó de tres buenas ocasiones. En una de ellas fue cuando llegó el gol de Cristiano. Pared entre Marcelo y Di María en la banda izquierda, carrera del argentino y pase medido al centro del áerea. Allí apareció el portugués con un salto que parecía llevarle al cielo y que, en verdad, elevaba a la gloria al Real Madrid. Fue el gol del triunfo, de la resurrección frente a al hegemonía futbolística de loz azulgrana y de éxtasis tras la pasíón. Lo logró Cristiano. No podía ser otro en Semana Santa.