Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ORIENTE PRÓXIMO

La mediación de la Comunidad Internacional no frena la violencia en la región

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional17-03-2002

La liberación de Arafat, el apoyo de la ONU al "concepto" de un Estado palestino y la llegada del mediador estadounidense, Anthony Zinni, no alivian la tensión en la zona.

El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, anunció, el lunes pasado, el fin del confinamiento en Ramala del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat. Además, la llegada del mediador estadounidense, Anthony Zinni, vislumbraba una normalización del conflicto en Oriente Próximo. Ese mismo día, sin embargo, el Ejército israelí destruyó la residencia de Arafat en Gaza e hizo prisioneros a cerca de 600 palestinos en el campamento de refugiados de Deishe, en Cisjordania. El pasado martes, el Ejército de Sharon invadía y tomaba la ciudad de Ramala en la operación militar más importante desde el comienzo de la segunda Intifada. Los combates callejeros acabaron con la vida de un israelí y cinco palestinos. Pocas horas antes de tomar la ciudad, las tropas habían asaltado el campo de refugiados de Jabalia, donde los enfrentamientos se saldaron con 17 muertes y numerosos heridos. El conflicto en el resto de zonas acabó con la vida de otros ocho palestinos y el último ataque de la jornada tenía lugar a mediodía en la frontera libanesa, donde ocho personas murieron en un atentado contra un autobús. Durante el miércoles pasado, en Ramala, murieron al menos 34 personas por disparos israelíes. Todo ello en el día en el que la ONU anunciaba que, por primera vez, apoyaba el "concepto" de un Estado palestino. Esta decisión, auspiciada por EE.UU., llevó al líder de Israel a ordenar el repliegue gradual de sus tropas de Ramala. Pero a pesar de la presión de la Comunidad Internacional la tensión en la zona se incrementó y terminó con la vida de 17 palestinos y cuatro israelíes. A pesar de la retirada israelí, la ciudad había quedado en una situación caótica y los médicos se vieron obligados a asistir a los heridos en las calles, sin luz y sin agua corriente. Fue el viernes pasado cuando murieron una palestina y sus cuatro hijos en la frontera de Gaza por la explosión de un artefacto que se encontraba en una carretera al este del campo de refugiados de Al Bureij. El pasado fin de semana, mientras Zinni se entrevistaba con Sharon, Peres y Arafat, cinco palestinos morían como consecuencia de los enfrentamientos: dos morían el sábado en un tiroteo en Hebrón, otro fallecía en un hospital de Naplusa y los dos últimos eran asesinados por activistas del brazo armado del movimiento Al Fatah. Ya el domingo dos palestinos que se disponían, según el Ejército de Sharon, a perpetrar un atentado suicida fueron abatidos.